La muerte de un can pone el foco en el estado de la perrera
Kuki ha sido atacado en la perrera municipal. Lo encontramos casi muerto y con las patas delanteras destrozadas. Viajaba a Alemania a finales de diciembre”. Con este escueto mensaje y varias fotos del animal, gravemente herido, la Asociación para el Bienestar y Defensa Animal de Jaén (Abyda) volvió a denunciar ayer, en su muro de Facebook, la situación en la que se encuentra la perrera municipal.

Kuki tenía año y medio. Llevaba “dos o tres meses” en las instalaciones, en las que fue abandonado sin chip. Ayer, murió después de un ataque perpetrado por otros canes “más dominantes y con más tiempo, quizá, en la perrera”, apuntó el líder de Pacma, Manuel Serrano. Pero el suceso no es nuevo. Aunque sin muertes, estas peleas entre canes en la perrera se vienen repitiendo desde hace meses: hace uno, una perra acabó con diversas heridas de gravedad tras un ataque y, hace cuatro, otro caso “provocó la amputación de una pata a un animal”.
El motivo —coinciden Abyda y el Partido Animalista— es que las instalaciones, que son de titularidad municipal, aunque las gestiona la empresa de recogida de basura, FCC, “no son las más adecuadas”. “Son insuficientes”, señaló Serrano. “Y además —añadió— no reúnen todas las condiciones higiénico-sanitarias que deberían”. Según el activista, si los fines de semana se limpian es gracias a los voluntarios de la protectora. “Tiene un trato de favor con FCC y les permiten el acceso fuera de los horarios establecidos y los domingos. Pero, los fines de semana, las instalaciones están cerradas y, si no fuera por Abyda, los animales estarían abandonados. Sin limpieza y sin suministros de agua y comida suficiente”, aventura el dirigente de Pacma, que acusa al Ayuntamiento de incumplir la Ley autonómica 11/2003 de Protección de los Animales.
En su artículo 28 sobre los refugios para animales abandonados y perdidos y el servicio de recogida y transporte se establece: “El número de plazas destinadas a animales abandonados de que deberán disponer los ayuntamientos se determinará reglamentariamente en base al número de habitantes y a los datos recogidos en el Registro Municipal de Animales de Compañía de la localidad”. Sin embargo, la realidad de la perrera de la capital vulnera esta orden. Según Serrano, hay “10 o 12 compartimentos” para los “más de 30 perros” que, en la actualidad, hay en las instalaciones. “Y cada día entran nuevos”, apostilló la asociación en un comentario en Facebook. Como consecuencia, esta limitación de espacio impide separar a los canes dominantes de los que no lo son y evitar “situaciones de peligro” y ataques como el que ayer le costó la vida a Kuki.
Con todo, la perrera “aún no está saturada” y, en Jaén —valoró el animalista—, no se producen sacrificios de perros. Sin embargo, alertó: “Si esto continúa así, dentro de poco tendrán que empezar a sacrificar, porque Abyda tampoco tiene espacio suficiente en sus refugios para acoger a tantos animales y está desbordada”. De hecho, eso es lo que trasladó la protectora a través de Facebook. Cuando publicó la noticia de la muerte de Kuki, apeló a sus seguidores para que compartieran “este caso”, y clamó: “¡Que la gente no siga pensando que la perrera municipal es un sitio seguro en el que dejar el perro porque Abyda los recoge, los manda a Alemania y todo es bonito y acaba felizmente. Que la gente deje de limpiar su conciencia abandonando en esta perrera. Aún no se sacrifica, pero mueren más de los que quisiéramos por peleas”.
Desde el Ayuntamiento, aseguraron que las instalaciones cumplen la legalidad al 100%.