La movilidad universitaria no pierde fuelle a pesar de la crisis

La progresión de la Universidad de Jaén en los ámbitos nacional e internacional no se discute, pues en los últimos ejercicios es constante el intercambio de estudiantes con otras instituciones españolas y extranjeras.

23 mar 2015 / 11:45 H.

No obstante, el alumnado de la UJA que se desplaza temporalmente a otros países ha experimentado una leve caída en este ejercicio en comparación con el anterior. Así, si en el curso 2013/2014 fueron quinientos los que disfrutaron de una experiencia en el exterior, en el presente han sido cuatrocientos setenta; el “saldo” es de treinta menos en un año.
Sebastián Bruque, director de Secretariado de Programas Internacionales y Movilidad, explica en declaraciones a Diario JAÉN que el retroceso no es especialmente “significativo”. A su entender, el factor que motiva que menos alumnos soliciten becas y programas de ayuda para salir fuera es la crisis. Ocurre que la ayuda familiar es, en la mayoría de los casos, imprescindible para que los universitarios vivan sin problemas en el extranjero. “Y ahora, por la coyuntura, hay padres que están más limitados a la hora de aportar”, analiza Bruque. Las dotaciones varían en función del tipo de cobertura y del periodo de la estancia. Rosa Isabel González Duro, de Administración y Dirección de Empresas, estuvo, durante diez meses, en Opole (Polonia). Recibió dos mil euros. “Si no incluimos viajes ni eventos especiales, sería posible vivir de manera austera. Pero para realizar proyectos de carácter más especial es imprescindible que tus padres colaboren”, cuenta.  “La financiación que reciben quienes cursan estudios en el extranjero no ha variado mucho en los últimos tiempos. Lo que ha  cambiado es el poder adquisitivo en los hogares más mermados por la crisis”, abunda Bruque. Los principales destinos elegidos en la UJA son, por este orden, Italia, Portugal, Polonia, Alemania y Francia. “Suponen, entre todos, el 80 por ciento de los estudiantes que eligen Europa”, añade el docente. “Yo buscaba un país poco turístico y no muy habitual, salvo como destino Erasmus, que no estuviera demasiado lejos de casa. Me determinó su situación geográfica, pues hace frontera con diversos países increíbles para viajar con mucha facilidad. Destaco el bajo nivel económico de Polonia, que hace muy llevadera la estancia”, apunta González. Ha crecido, por otro lado, el número de alumnos de la UJA que “abandonan” el Viejo Continente; han pasado de 70 a 110 en un año académico.
valoración. Bruque matiza que el número de estudiantes que salen fuera se ha “triplicado” en los últimos 7 años. “Ahora estamos en un periodo de estabilización”. El alumnado está más que satisfecho con la oferta de la UJA en este sentido. El último certificado  Very good students satisfaction sitúa  la Universidad entre las veintitrés mejor valoradas de España.
Las opiniones de los universitarios consultados por Diario JAÉN son esclarecedoras: capitalizar las oportunidades en el extranjero no deja de ser, aparte de una vivencia enriquecedora, un aval que “cotiza” en el mercado. “Lo que se experimenta, comparte, conoce y aprende es indescriptible. No todo el mundo puede disfrutarlo, y es una auténtica pena, porque de mil maneras te cambia respecto a muchos caracteres de la vida. A veces, incluso, tienes la oportunidad de un trabajo, un nuevo hogar o hasta de conocer a la persona con la que te casaras. Y, si no, te llenará como persona, ¡que no es poco!”, dice Rosa Isabel González.
“Los intercambios son una forma de ofrecer, internacionalmente, nuestros activos. La UJA es cada vez más valorada como referencia universitaria y provincial”, defiende Bruque. Y cuantos más caminos tengan los estudiantes para formarse, mayor (y mejor) es el impacto que tendrá, después, en la sociedad.

“Formarse fuera es una forma estupenda de crecer”

Es uno de los alumnos de la Universidad que mejor pueden valorar qué representa estudiar en el extranjero. En el currículo de Mario Hidalgo Anguita constan estancias en Finlandia, Estados Unidos, Corea del Sur y Taiwán, cuatro países diferentes que le han servido para comparar sistemas educativos. “Taiwán, por ejemplo, fue una experiencia muy grata. El choque cultural no me sorprendió tanto. La verdad es que la diferencia no es tan acentuada como creía”, recuerda. Estudió en el National Central University durante el semestre pasado, en este curso.
Uno de los principales asuntos que motivó su desplazamiento a Taiwán fue aprender chino. Era muy importante para el todavía alumno de Ingeniería industrial. “El nivel de exigencia es bastante alto. La formación ha dado sus frutos”, reconoce Mario Hidalgo.
Se formó también en Finlandia en el curso académico 2010/2011; en Florida un semestre, y dos semanas en Corea del Sur, en verano del año 2013, gracias a una beca de la UJA. Celebra su bagaje, pues considera que la suma de experiencias en otras culturas le vendrá como anillo al dedo cuando tenga que competir por un trabajo. “Si alguien duda en irse o no cuando recibe una beca para estudiar en el extranjero, mi consejo es que la acepte con los ojos cerrados. Yo soy de Jaén. Irme a otros lugares ha supuesto una manera de probarme”, analiza. Y no descarta hacer la maleta una vez más en busca de nuevas aventuras formativas y, por qué no, laborales. “Aún si me dijeran de irme mañana a otro sitio me pondría nervioso. Pero, claro está, ahora estoy ‘rodado’: me siento más independiente”, remarca.
En lo que concierne a las dotaciones económicas, Hidalgo señala que, en su último periplo, disfrutó de una ayuda de tres mil euros proveniente de la Universidad, y de otros seiscientos que aportó la Diputación jiennense. “En Taiwán me fue muy bien con este dinero”, dice. No obstante, advierte que cuanto mayor sea la carga para la familia, menos estudiantes se irán fuera. A disfrutar, como él, de la variedad del mundo.