La madre
Concepción Agustino Rueda, desde Jaén.- Se estableció el día 1 de mayo, como el día de la madre, y aunque su amor, protección y dedicación, permanecen los 365 días del año, es justo asignarle esta fecha del calendario, como homenaje al regalo especial que supone aquella en nuestra vida.
Siempre he considerado el amor de la madre, de la verdadera madre, un reflejo del amor de Dios, ya que ésta como Aquel, cree sin límites, disculpa sin límites, espera sin límites, perdona sin límites a sus hijos. La madre, a pesar de sus limitaciones, errores, defectos, ama, y ama sin condiciones, sin fecha de caducidad, sin interés a plazo fijo, y aunque esto no obliga al hijo a estar a su altura, entiendo que sí lo compromete al respeto, consideración, agradecimiento y cariño hacia ella. Han corrido ríos de tinta sobre el amor. Los más grandes y reconocidos poetas y escritores, lo tuvieron como musa inspiradora y objeto de sus desvelos. Pretendo hacer un panegírico a la madre. Quizá sea así, porque mis pobres palabras serán siempre de alabanza y elogio del amor en sí mismo, como el auténtico motor de nuestra vida, y si este amor se conjuga en primera persona en la madre, este escrito mío tiene la finalidad de ensalzarla y desear que ni la deshumanización, ni la frialdad de este mundo, pueda, tan siquiera, destemplar ese sentimiento excelso que guarda su corazón.