La Laguna no se rinde

La espera se alarga en el tiempo y llega un momento en que la demora es ya complicada de justificar. Los trabajadores del complejo de la Escuela de Hostelería y Turismo La Laguna de Baeza acaban de testificar ante el juez por el “impago reiterado de nóminas”, quince en total, que son las que se les adeuda desde que comenzaron los problemas en este centro formativo. Del Juzgado de lo Social acogió el juicio, que quedó visto para sentencia. Desde que se presentó la demanda, cuando llevaban cinco meses sin cobrar, han mantenido viva la esperanza de que antes de presentarse ante su señoría llegaría una solución, aderezado todo siempre con las buenas palabras de la Junta, pero solo era eso, palabras. El problema es común a los otros nueve consorcios de hostelería de Andalucía, pero la sede baezana es particular, con más alumnos de media que las demás, una treintena de trabajadores y doscientos alumnos. Además, en un espacio casi idílico, cuenta con hotel, spa y un museo del aceite.
La demanda de los empleados parece razonable: quieren trabajar, o lo que es lo mismo, que comience el curso de una vez por todas, y cobrar los atrasos. La situación ahora depende de la esperada integración en la llamada Agencia Pública Andaluza de Educación y Formación, una entidad que se supone que, al cambiar el modelo de gestión, daría viabilidad a la Escuela y un futuro para seguir funcionando. Pero, la realidad es que el tiempo pasa y se está a la espera de que concluya el trámite de auditar las cuentas, proceso que se asegura que acabará sin complicaciones, pero que no acaba de cerrarse. A estas alturas, los mensajes de aliento y las buenas perspectivas no bastan. Y dejar morir La Laguna sería una irresponsabilidad.

    05 jun 2015 / 11:07 H.