La huelga de los “teléfonos caídos”
Visten con pantalón y sudadera azul en la que se lee: “Abentel: empresa colaboradora de Movistar”. Se les ve con mucha facilidad por las calles. Conducen furgonetas blancas con una gran escalera en la baca.

Son hombres que llegan a los domicilios con destornilladores y algunos cables y son capaces de instalar un sistema que permite ver los partidos de fútbol, mantener una videoconferencia con cualquier otra ciudad del mundo o disponer de más de cien canales de televisión. Sin embargo, ayer formaban corrillos en la puerta de Abentel, que es la empresa que les da trabajo en Jaén para exigir algo que se reivindica con paros y huelgas desde el siglo XIX, como es que el trabajo cuente con un salario digno.
Y, curiosamente, pese a que dicen que su labor no les da ni para llegar a final de mes, son empresarios. Casi cien personas se concentraban ayer en la calle Jabalquinto del Polígono de Los Olivares para exigir a Abentel y, también, a Movistar —la primera es una empresa que le trabaja a la segunda— unas condiciones laborales dignas. Sin embargo, no son empleados, sino trabajadores autónomos que facturan en función de las tareas que se les encomienden. Acaban de constituir la Asociación de Profesionales Autónomos de Telecomunicaciones, que preside José Francisco Muro.
“Sufrimos una enorme precarización de las condiciones laborales. Solo queremos que se nos pague y que no se nos explote porque vivimos en un régimen de semiesclavitud”, afirmaban en la puerta de la empresa. Cuentan que la empresa les paga conforme a unos puntos que se otorgan en función del trabajo que se les encomienda y aseguran que se ha bajado el baremo y la puntuación, por lo que su situación se ha hecho totalmente insostenible. “No tenemos horario. Te llaman a cualquier hora y sufrimos coacciones. Como no estamos contratados por ninguna empresa, si te encargan una faena te ves obligado a decir que sí. Da igual si llevas 20 días sin descansar porque si te niegas a hacerla puede que, cuando haya tarea, no te la den a tí”, explican.
Estos trabajadores autónomos explican que sus condiciones laborales nunca han sido buenas, pero que la rebaja de los beneficios ya ha hecho insostenible su situación. Por eso, el pasado martes, decidieron plantarse en la puerta de Abentel. Y ahí siguen. Aseguran que son los que realizan el 80% de las reparaciones o instalaciones de la red de Movistar, que no solo utiliza esta compañía, sino que también usan en esta provincia otras empresas como Vodafone, Orange y Jazztel. Por eso, intuyen que, en estos días, la compañía solo atiende averías graves porque el peso del trabajo lo llevan ellos. Mientras tanto, siguen arremolinados en la puerta de la nave de Los Olivares. Tienen hamacas, neveras, sillas y muchos temas de conversación, pero esperan que pronto haya un gesto de buena voluntad que les ponga otra vez “manos a la obra”.