La gran proeza de la UD Guarromán

Hace poco más de tres años el equipo de un pueblo de 2.925 habitantes ubicado a la vera de la N-IV llamado Guarromán jugaba en la Primera Provincial sin ilusión, ni visos de sobrevivir. La convicción de su presidenta, Ascensión Reyes, de un grupo abnegado de directivos y de su experimentado entrenador, Roberto Romero, obró el milagro: No solo lo libraron de la desaparición, sino que cimentaron las bases de un proyecto deportivo que, hoy en día, es el orgullo de los guarromanenses. Recién ascendido, es el líder de la Segunda Andaluza —antigua Regional Preferente— con pleno de victorias (cuatro) y con un fútbol vistoso que tiene encandilada a su fiel hinchada. Todo una proeza para una entidad que se mueve como una gran familia. “En este club no hay privilegios. La presidenta es uno más y lo mismo vende entradas en la taquilla que ayuda con el material deportivo”, relata Ascensión Reyes, hija de uno de los fundadores del Guarromán, Lucas Reyes, allá por 1952, que fue quien la convenció para que tomara las riendas del Guarromán con el fin de evitar su defunción.

    02 oct 2014 / 10:13 H.


    Ascensión Reyes, que también es la concejal de Juventud, Festejos y Servicios Municipales, se muestra encantada con los logros del equipo y disfruta como una niña cuando ve las gradas del coqueto y remozado Estadio José Díaz de la Plaza llenas de público. “Es una alegría enorme. A pesar de ser el pueblo más pequeño de la categoría, tenemos una afición de Primera”, resalta.
    El club, hasta la pasada campaña, no recibía subvención alguna del Ayuntamiento, aunque este año —confirma la responsable— hay consignada una pequeña partida.
    El presupuesto del Guarromán se sufraga mayormente mediante la venta de lotería, las rifas de jamones en los partidos, la explotación del bar del campo de fútbol, la aportación de algunos comercios y la imaginación de sus directivos que buscan dinero hasta debajo de las piedras. Pero de lo que más satisfecha se siente Ascensión Reyes es de contar con una plantilla compuesta, en su mayoría, por futbolistas del pueblo. Esa fue una de las primeras premisas que impuso el club a Roberto Romero. Un curtido entrenador que convierte en oro todo lo que toca. “El mérito no es mío, sino de los chavales”, dice el técnico hispano-argentino, quien tiene claro que el secreto radica en el trabajo y en el compromiso de los jugadores con el proyecto. “Lo primero que les pido es que sean personas y, después, que se mentalicen que somos un equipo y tengan los pies en el suelo”, subraya Roberto Romero.
    El técnico recuerda que nada sería posible sin la colaboración del resto del cuerpo técnico, en el que sobresalen las figuras de los preparadores físicos Víctor Cuadrado y Jesús Moreno; el entrenador de porteros, Cheli; su asesor en el banquillo, Juande, y el coordinador de la entidad, Alfonso Díaz, más conocido como Luchana. “Ellos son tan importantes o más que el entrenador. Su labor en la institución es fundamental para que todo funcione correctamente”, manifiesta.
    Roberto Romero también destaca las facilidades que tiene para planificar los entrenamientos, gracias a unas instalaciones que son la envidia de los pueblos del entorno. El campo es de césped artificial y, muy pronto, las gradas contarán con cubierta. Además, la plantilla dispone del pabellón municipal y de pistas polideportivas para realizar el trabajo físico.