La familia de El Chato busca a un testigo del accidente
Cuatro años después del accidente en el que murió Francisco José Pérez, su familia aún lucha por demostrar que el joven motero no fue el único responsable del choque que le costó la vida. Para ello, y con la ayuda de un nuevo abogado, buscan a un testigo que puede resultar clave para reabrir el caso.
Cuatro años después del accidente en el que murió Francisco José Pérez, su familia aún lucha por demostrar que el joven motero no fue el único responsable del choque que le costó la vida. Para ello, y con la ayuda de un nuevo abogado, buscan a un testigo que puede resultar clave para reabrir el caso.Una rotonda en la ronda Sur de la capital recuerda su nombre y su afición futbolera: Francisco José Pérez Muñoz, conocido entre sus amigos como “El Chato”, perdió la vida en noviembre de 2008 al chocar su moto contra un tractor en la “carretera del colesterol”. Casi cuatro años después, la familia de la víctima mortal ha pasado por un procedimiento penal, otro civil y un juicio en la Audiencia Provincial que tuvo sentencia en octubre de 2010. Sin embargo, la Justicia no ha tocado a su puerta aún, en opinión del padre, Francisco Pérez, que persigue un objetivo muy claro: “Conseguir que se demuestre que mi hijo tendría parte de culpa, pero el conductor del tractor, también. Y ya, que su madre y yo nos quedemos tranquilos, al fin”.
Tras cambiar de letrado —de los abogados de la aseguradora al bufete Hermanos Heredia Barragán—, la familia de Francisco José se centra, desde hace meses, en la búsqueda de cuantas pruebas nuevas pueda hallar. Y eso se traduce, sobre todo, en los testigos. “Dicen que el escenario del accidente estaba lleno de gente, pero solo se presentó una persona voluntaria para testificar”, lamenta el progenitor.
La familia, con mucho esfuerzo y empeño, ha encontrado hasta la fecha a dos testigos: una mujer que iba con su coche justo detrás del joven (“fue la que tapó a mi hijo”, detalla el padre) y un hombre que también iba detrás y que llegó al lugar segundos después de la colisión. Queda, sin embargo, otro testigo, quizá fundamental para el buen curso del caso en los tribunales. “Iba en el carril contrario, se paró al ver el accidente, llamó al 061 e incluso le tomó el pulso en el cuello a mi hijo”, informa Francisco Pérez.
Se tienen pocos datos de este testigo. “Me dicen que era un señor que iba en un coche pequeño gris”, afirma el padre. Son datos que la familia ha recabado de los otros dos testigos ya localizados. “Agradeceríamos infinitamente que se pusiera en contacto con nosotros y quisiera contarle al abogado todo lo que sepa”, pide Francisco Pérez.
Antonio Heras / Jaén