La difícil aventura de poder gritar de verdad “Gibraltar español”

Ha sorprendido el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy en su discurso ante la asamblea general de las Naciones Unidas en Nueva York. En la primera intervención tras acceder al cargo, Rajoy instaba ante la ONU a dialogar sobre Gibraltar: “Ya hemos perdido muchos años”, llegó a manifestar, y desde luego que los españoles nos alegramos de que, de nuevo, se ponga sobre el tapete un asunto que no por espinoso debemos darle de lado, porque Gibraltar es español, no cabe duda, y así lo sentimos todos.

    27 sep 2012 / 15:21 H.

    Consideramos, además, un anacronismo que en la propia Europa exista una colonia británica y que cuente con todas las bendiciones o, al menos, los países aliados miren para otro lado cuando reclamamos su soberanía. La historia dice que, en 1704, el Peñón fue invadido por tropas inglesas y luego, merced a un tratado, nueve años después, se le concedió ese minúsculo territorio a Reino Unido. Viven unas 30.000 personas, todas pendientes del sector servicios y los quebraderos de cabeza para todos los gobiernos españoles, especialmente los de la democracia, han sido mayúsculos. Ya sea porque se han asaltado barcos pesqueros andaluces o fuese porque la familia real británica lo ha elegido muchas veces como lugar de recreo para reafirmar su soberanía sobre el Peñón.
    Rajoy ha dado en el clavo e insiste por la línea emprendida por sus antecesores, especialmente después de que la vía abierta por Bruselas, hace más de una década, la de la cosoberanía, no haya dado fruto alguno. Es una difícil tarea, más bien aventura, poder gritar, y que sea verdad, “Gibraltar español”, pero no olvidemos que es uno de los dieciséis integrantes de la lista de territorios no autónomos de las Naciones Unidas bajo supervisión de su comité de Descolonización. Ahí se ha vuelto a agarrar el presidente del Gobierno de España y debemos desearle  suerte y, sobre todo, constancia.