29 jul 2014 / 22:00 H.
La crisis atenaza el contexto social y económico de cualquier ciudad donde el paro, como en Jaén, sea crónico. Los datos de desempleados y la Encuesta de Población Activa tienen en los barrios y en las calles de Jaén nombres y apellidos. Familias en las que varios o todos los miembros están en paro, con situaciones dramáticas y en las que el sostén de los parientes, los trabajos ocasionales o una pensión sirven para sobrevivir. En ese contexto, la solidaridad entre iguales es fundamental para unirse ante la desgracia, buscar apoyos para levantarse y, sobre todo, conseguir cubrir necesidades básicas que tanto cuestan ahora. Las iniciativas que, en este sentido, se realizan en el Polígono de El Valle, con el apoyo del Ayuntamiento de Jaén, Junta de Andalucía y otras entidades colaboradoras, son un ejemplo de virtud ante las malas circunstancias. Los huertos sociales son una estupenda iniciativa que, al margen, de mantener la mente y el cuerpo en una actividad, generan alimentos básicos para muchas familias. Este tipo de iniciativas son una válvula de escape para personas que pueden ocupar su tiempo, que vuelven a trabajar en equipo y, también, tienen relación con otras personas en la misma situación. Además, a la buena labor realizada se ha encontrado otra salida con la creación de una “olla solidaria” que sirve para cocinar tanto para ellos como para otras familias que entregan alimentos. Un antiguo bar sirve de cantina improvisada para que no falte un plato de comida en cada casa. La capacidad de trabajar en equipo, con la fuerza que eso otorga, les sirve para este proyecto y para otras metas. Mientras tanto, requieren del apoyo público para mantener este verdadero oasis en el barrio.