¿Somos piña o piñata?
Desde Jaén. En los países, como en las familias, hay disputas que se solucionan o se vuelven crónicas, formando parte de la cultura de la aldea global. La diferencia de nuestro ADN respecto al de los demás países de nuestro entorno, es que cuando hay un ataque externo hacia España, en vez de comportarnos como una piña, damos la sensación de ser una piñata y ayudamos a los extranjeros golpeándola hasta romperla y además creemos que en los resultados todos saldremos ganando sin contemplar que el único que pierde es España.
Somos unos ilusos admiradores y amantes escondidos de lo foráneo sin valorar nuestras esencias con sus contradicciones, que las hay, pero que no vengan otros a desnudarnos sin consentimiento y encima poniendo la cama. El calor me hace ver espejismos y, referente a Gibraltar, estoy valorando las pérdidas que representa el cierre total de la verja para nuestra rancia piel de toro, contemplo unos cuantos miles de empleos que se perderían o estarían condenados a vivir tras la verja —bueno si ya tenemos seis millones, unos pocos más se asumirían— no sé si perderíamos algo más, pero ganaríamos en recaudación fiscal, ya que miles de empresas españolas con cuentas en chiringuitos de esta colonia, tendrían que ingeniárselas para defraudar con más complicación. Las empresas de todo tipo que pierden facturación por la cercanía de la colonia sin impuestos volverían a facturar y crear empleo, sobre todo los gibraltareños que tienen sus resort en Sotogrande, etcétera, tendrían que salir a Londres en vuelo regular y de allí a Málaga o Jerez para seguir disfrutando de nuestra hospitalidad. Creo que para ser esclavos ya tenemos suficientes con ser extras del rodaje en Almería de Ridley Scott, por unos 80 euros la jornada. No se trata de unos bloques de hormigón y unos pescadores sin faena, se trata de la creación de un nuevo complejo turístico, que si les dejamos el día de mañana llegaría hasta Ceuta, y como dice José Mota: “Dame hueco, que en teniendo hueco, ya me encargo yo”. O sea, que acaban estableciendo peaje para pasar el estrecho a cualquier barco en unos años. El “amigo” Durao Barroso mira para otro lado y dice que lo arreglemos como países amigos, tenemos que tener en cuenta que el primo de Zumosol (USA) lo tienen de su lado y esto pesa. Estoy seguro de que los gibraltareños si ven que la verja presenta amenaza de cierre, tardan dos telediarios en mandar a Picardo al infierno con dos cubitos de hielo, por supuesto antes le obligarían a quitar los bloques de hormigón. A ver si de una puñetera vez dejamos de ser la piñata de los festejos y recibimos justicia en vez de palos, o si no, les pedimos consejo a los chinos, que tardaron diez minutos en solucionar lo de Hong Kong; porque con nuestros vecinos ingleses o nos ponemos un poco serios o con su diplomática flema nos aburren. Como en las familias, nos podemos llamar en el hemiciclo “pringue zorra” y otras lindezas, pero ante los abusos ilegales de los que nos toman por tontos, seamos piña, no piñata.
juan afán muñoz