Inseguridad, el principal problema

Juan Espejo, Rafael Casas, Ángel González / Enviados especiales
Todos los colectivos sociales y representantes públicos identifican rápidamente cuál es el principal problema de Jaén de Bracamoros: la inseguridad. Las muertes violentas a manos de sicarios y los robos están a la orden del día. Los intentos por dar una solución son, por ahora, infructíferos.

    27 jul 2010 / 10:19 H.

    La advertencia para el foráneo sobre la seguridad en las calles de Jaén es una constante. Cambia el emisor, pero el contenido del mensaje es el mismo. “No saque su celular —teléfono móvil— por la calle”. “No muestre su cartera en lugares públicos”. “No le aconsejo llevar la cámara colgada al cuello”. Son algunas de las advertencias que recibieron los periodistas de Diario JAEN durante la visita a la ciudad peruana. La situación preocupa, y mucho, a los jaenos y desde las administraciones y los colectivos sociales  dan la voz de alarma continuamente ante una situación que, lejos de perder fuerza con el paso del tiempo, cada vez empeora más. Los robos de teléfonos son continuos. Paco Muguiro, un sacerdote jesuita sevillano con una larga trayectoria en el país suramericano, según relató a los periodistas jiennenses, sufrió recientemente uno de estos asaltos de los amigos de lo ajeno. “Me puedo sentir satisfecho porque en todo el tiempo que llevo aquí sólo  me han robado un reloj y un celular”, afirma. Pero la situación es más grave aún cuando se habla de muertes. Según subrayó el médico legal (forense) Jesús Aníbal Aguirre, en Jaén de Bracamoros se registran alrededor de 15 muertes por causas violentas al mes, es decir, cada dos días hay una fallecido. A estas situaciones se añaden numerosos casos de abusos o explotación sexual con los menores como protagonistas, además de casos de maltrato y violencia en el ámbito familiar. Culpan al espectacular crecimiento de Jaén de la situación, pero la falta de medios hace que la impunidad esté a la orden del día.  Con todo, el visitante a la capital de la provincia jaenense consigue olvidar el temor ante las continuas advertencias de los vecinos del municipio con la hospitalidad y carácter acogedor de sus gentes. Sin duda, valores que contrarrestan los escalofriantes datos sobre la delincuencia.

    “Jaén se ha convertido en la tierra de nadie”

    La contundente frase pertenece a  Doris Shirley Allende Reyes, presidenta de la Organización Central de Mujeres Pakamuras y recoge la desesperada descripción del ambiente de impotencia de los vecinos ante la situación de inseguridad ciudadana que se vive. “En Jaén tenemos muchos problemas. El que se está agudizando cada día más es el de la inseguridad ciudadana y la violencia familiar. Son el pan nuestro de cada día. Cada jornada se registran agresiones a niños, a adolescentes, a madres de familia. Robos, asaltos, muertes, delincuencia y asesinatos. Es el factor que necesita de mayor atención por el momento”, sentenció Allende. En su opinión,  se está viviendo una crisis en seguridad ciudadana. “A los integrantes de nuestra comunidad nos asusta caminar por las calles. Incluso, hay cada vez más mujeres delincuentes. Conversan amigablemente con sus víctimas y el único objetivo que pretenden conseguir es el de robarles todo lo que puedan y más”, manifestó en su encuentro con los periodistas de Diario JAEN.
    Desde su punto de vista, uno de los principales imperativos ante la situación actual es la necesidad de trabajar con la sociedad civil con el objetivo de organizarse para acabar con esta lacra social. “Entre todos tenemos que organizarnos y contar con el respaldo del Gobierno local y de la Policía Nacional para que nos apoyen. Hay pocos agentes, lo que dificulta el trabajo. La seguridad se centra demasiado en Lima. “Parece que sólo Lima fuera el Perú”, lamenta Allende Reyes tajante y añade: “Como quien dice, Jaén se ha convertido en la tierra de nadie”.

    Encuentran muerto al alcalde de Namballe
    El viernes 16, una noticia corría como la pólvora por las calles de Jaén. En la vecina provincia de San Ignacio, colindante con Jaén, en el distrito de Namballe, acabaron con la vida del alcalde de Namballe, Amadeo Mijahuanca Peña, de cuarenta años, quien por tercera vez optaba a la Alcaldía de ese distrito de la provincia de San Ignacio por el Movimiento de Afirmación Social (MAS). En ese contexto se produce el encuentro entre Diario JAEN y Walter Santín Palacios, coronel jefe de la División Policial de Jaén en una cita en la sede de la Policía Nacional. Según explicó, la idiosincrasia de la ciudad peruana la marca el servir de comunicación entre la selva y la costa, por lo que es un lugar de paso continuo, de acogida a personas de muchas procedencias. “Hay gente muy bohemia en esta tierra”, afirmó, para referirse a que les gusta mucho la fiesta, personas amigables y acogedoras, acostumbradas a recibir al foráneo, porque la mayor parte de su población no es nacida en ella. Achaca el aumento de la delincuencia precisamente a su condición de paso obligado entre la selva y la costa. Por eso, hizo hincapié en establecer pautas de trabajo conjuntas entre todos los actores, públicos y privados, que pongan freno a una situación extrema y preocupante.
    El representante policial recibió, de manos del director de Diario JAEN, Juan Espejo, diversos presentes de la provincia española para dejar constancia de la singular visita. A cambio, este les obsequió con un cóctel de café producido en la vecina provincia de San Ignacio.

    La esperanza puesta en reformas judiciales

    El fiscal superior representante del Ministerio Público de Jaén, Marco Antonio Valdés Irene, recibió a la delegación de Diario JAEN en la sede de la Fiscalía. Realizó un análisis de la situación actual de preocupación por el incremento de los delitos en esta zona del nororiente peruano, principalmente, los referidos a abusos sexuales, contra el patrimonio y homicidios. El que Jaén de Bracamoros sea una zona de tránsito propicia, en su opinión, el incremento de los casos que se registran y, por tanto, la carga de trabajo, mientras que, según subraya, los medios no avanzan en la misma línea. Dijo que se necesita una mayor dotación judicial que, complementada con la labor que realizan las rondas campesinas, puede dar resultados a medio plazo. Valdés puso de manifiesto la importancia que ha tenido para la agilización de la justicia la puesta en marcha del nuevo Código Procesal, que permite que en veinte o treinta días se resuelvan cuestiones que se demoraban con anterioridad por años y que aumentaban la impunidad del delincuente, cuyo delito prescribía o jamás se juzgaba. La imposición de la Justicia Pronta (Justicia Rápida en España), según el fiscal, está repercutiendo en el aumento de la confianza de los ciudadanos en ella, cuyo crédito se había perdido por las continuas demoras. Cree que debe realizarse un trabajo conjunto con las fuerzas del orden y con la sociedad que permita acabar con el crimen organizado y los problemas que les aquejan en este trascendental ámbito.
    En la visita, mostró las instalaciones y presentó a los profesionales que trabajan en el Ministerio Público. Entre ellos, a Jesús Aníbal Aguirre, médico legal (forense) que subrayó que cada mes hay una media de unas catorce personas fallecidas por delitos de sangre.

    Rondas campesinas, la justicia del pueblo

    Las rondas campesinas juegan un papel más que significativo en la búsqueda de justicia por parte de los ciudadanos. A diferencia delnuestro Poder Judicial, que cuenta con las atribuciones en exclusiva, en el caso peruano existen agrupaciones de voluntarios que velan por la seguridad, que imparten justicia y que están amparadas por la ley. Gozan de la simpatía del pueblo por una cuestión muy sencilla: plantan cara a los delincuentes y la pena se impone y se cumple de manera inmediata.  Las rondas campesinas pueden ser definidas como organizaciones del campo, constituidas por decisión de los propios campesinos o vecinos de un sector, estancia o caserío, con el objetivo de servir a su localidad en la lucha y la prevención de la delincuencia y la violencia, según explica el juez Fernando Bazán Cerdán. El departamento de Cajamarca es la cuna de las rondas campesinas y tiene sus antecedentes remotos en los guardias rurales de fines del siglo XIX en las rondas de hacienda de las primeras décadas del siglo XX. Los asuntos que suelen abordar son pleitos familiares, disputas de tierras, robos de bienes materiales, daños por la entrada de animales a terrenos ajenos, deudas impagadas, disputas por agua, difamación, robos de cosechas y violación, entre otros muchos.
    En los últimos años, la tendencia fijada es la de colaboración entre las rondas campesinas y los agentes de seguridad, lo que permite que en ningún caso se excedan los límites impuestos por la ley, lo que con anterioridad ha generado conflictos. También se apuesta, por parte de la Administración, por la formación de los ronderos, para que, a la hora de administrar justicia, conozcan cuáles deben ser los  límites y que estos no se superen con la vulneración de los derechos humanos, como ha ocurrido en alguna ocasión. La “cadena ronderil” es un castigo muy extendido en Cajamarca, realizada por las rondas campesinas y que implica someter a una persona “investigada” o “culpable” del alguna conducta antisocial a la actividad de patrullar, durante varias noches (incluso días), obligándola a desplazarse por varios lugares, con diferentes turnos de ronderos, para que así todos (los miembros de los centros poblados o caseríos) lo conozcan y se vaya generando en él un escarmiento, así como para obtener el reconocimiento de responsabilidad sobre un hecho criminal imputado.

    Las preocupaciones del gremio periodístico

    Los integrantes de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú- Filial de Jaén, presidida por Andrés Chancafe, mantuvieron una reunión de trabajo e intercambio de experiencias dentro del deseo de hermanamiento de ambas tierras homónimas. El director del rotativo jiennense, tras explicar a los periodistas peruanos –agrupados en tres colectivos- el motivo de la visita, como reto de julio de la campaña del 70 aniversario, deseó que el encuentro supusiera un punto de inflexión para ambas tierras. Desgranó las dificultades a las que se tienen que enfrentar la profesión de los periodistas y consideró que los profesionales deben ser “humildes, valientes, honestos y responsables” a la hora de enfrentarse a su trabajo, porque es eso lo que la sociedad les demanda. Hizo entrega de una misiva del presidente de la Asociación de la Prensa de Jaén, José Manuel Fernández, en la que destacaba que para los periodistas jiennenses, “la proyección del nombre de Jaén ha sido y seguirá siendo un propósito firme e ineludible, porque constituye una seña de identidad insoslayable que no es posible separar del afán diario”. Hizo hincapié en dos elementos muy valiosos que hermanan a ambos colectivos: la profesión periodística, “que tantas satisfacciones y quebraderos de cabeza proporciona”, y “el nombre de la bendita tierra” donde la practican. Fernández, en la misiva remitida, puso el acento en la propuesta de “una alianza de amistad” que permita a ambos colectivos un intercambio de experiencias y proyectos en beneficio de ambos pueblos y de la profesión periodística a la que sirven. Tras la entrega de diversos regalos, intervinieron algunos de los asistentes, que trasladaron su felicitación a Diario JAEN por la singular iniciativa.
    Andrés Chancafe explicó que la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, en su filial de Jaén, tiene 27 integrantes y desgranó las principales actividades que acometen, como la estrecha colaboración con la Universidad o un congreso sobre temática social que se organiza cada año bajo el nombre de Congreso Joven. Ante la posibilidad de hermanamiento entre las provincias homónimas, apostó por una colaboración entre los colectivos de periodistas que pueda desembocar en el establecimiento de una pasantía o becas para que jóvenes jaenos puedan cursar la formación en la carrera de Periodismo, con la colaboración de la asociación del Jaén español.
    Diario JAEN entregó recuerdos al colectivo peruano, así como dos libros en nombre de la Asociación de la Prensa de Jaén. A cambio, ambas entidades recibieron unos banderines conmemorativos de la histórica visita.

    El recuerdo de un periodista asesinado
    Los periodistas jaenos guardan en un lugar privilegiado de su memoria al compañero de profesión fallecido Miguel Pérez Julca. El 17 de marzo de 2007, cuando regresaba a su domicilio con su mujer y sus dos hijos, le dispararon dos hombres armados y le causaron inmediatamente la muerte, ya que las balas impactaron en la cabeza. Su esposa, Nelly Guevara Arrascue, fue alcanzada en la rodilla izquierda. Como consecuencia de las investigaciones policiales, fue detenido, juzgado y condenado a 27 años de prisión Juan Hurtado Vásquez, como autor intelectual de la muerte, así como el colaborador del autor material de los hechos Nazario Coronel Ramírez “Chamaya”, a 19 años. También se les condenó a pagar 35.000 soles, unos 10.000 euros, a la viuda del periodista. Según la investigación policial, el autor material del asesinato fue Sabino Sánchez Ayala “Chino Ayala”, cuya detención, a día de hoy no se ha producido. El móvil del asesinato, según la investigación policial, se debía a una relación amorosa que Pérez Julca mantenía con la esposa de un familiar del autor intelectual de la muerte. Pero los trabajadores de los medios de comunicación no se creen en absoluto esa historia. Pérez Julca trabajaba en Radio Éxitos y era colaborador de las emisoras Radio Oriental y Radio Jaén. Según recuerdan los periodistas, tras su muerte se puede encontrar su intención manifiesta de denunciar unos casos de corrupción policiales en la ciudad, según había anunciado en su propio programa de radio.
    El gremio profesional está muy sensibilizado con el caso e, incluso, en las sedes de los medios de comunicación hay carteles en los que se rememora al locutor asesinado. El presidente de la Asociación de Periodistas de Perú-Filial Jaén, Andrés Chancafe, aprovechó el acto de celebración del aniversario del colectivo de periodistas y la presencia de las autoridades para exigir que la muerte de Miguel Pérez Julca no caiga en saco roto, que se siga investigando y que se intensifiquen los medios para arrojar más luz sobre el caso. Según reconocen, se trata de una tarea difícil, ya que la Policía y el Ministerio Público dan por bueno el móvil del asesinato argumentado hasta ahora, por lo que lamentan la falta de voluntad para averiguar la verdad. De hecho, algunos periodistas, tras la muerte de Pérez Julca, recibieron amenazas de muerte cuando continuaron investigando los casos de corrupción apuntados en su momento por el periodista asesinado. Demandan justicia y aprovechan cualquier ocasión para denunciar lo que consideran un abuso.