Inesperadamente manchega
Error o despiste. “La Inesperada” es ahora una firma registrada por una empresa de Ciudad Real. Y es que, al parecer, en sus orígenes, las gaseosas linarenses no se registraron como tales, lo que ha hecho que la firma manchega no tuviera problemas en hacerse con un nombre que es sinónimo de calidad.
Muchos son los linarenses que, en los últimos días, ven que los productos de “La Inesperada” se encuentran de nuevo en los mercados. Incluida la gaseosa de fresa, todo un clásico que la tradicional empresa pensó para un público infantil al principio, y que luego obtuvo gran éxito en las combinaciones que se realizan con ella, sobre todo en el caso del vino tinto.
El nombre de una empresa manchega radicada en La Solana hacía pensar que la emblemática firma linarense, cerrada hace unos meses tras sufrir diferentes problemas de tipo económico, había vendido su marca a la de Ciudad Real. Pero nada más lejos de la realidad. “Al parecer, antiguamente los que eran los propietarios de la empresa familiar registraron sus productos pero no como gaseosa, sino como lejía. Y ahí es donde vino el tema”, explicó el que era presidente del comité de empresa, José Latorre.
Fue a principios de este año cuando una firma radicada en Ciudad Real, dedicada sobre todo al tema de los vinos y que en cuanto a las gaseosas tan sólo se limita a su envasado, solicitó la marca. Los empleados comenzaron las indagaciones, tras lo que vieron lo que ocurría. Por lo que después de varios meses, y sin que, según el sindicalista, desde la dirección de la firma linarense se hiciera nada, se le ha concedido la marca.
También solicitó la del mosto “El Puntal”, otra de sus principales señas de identidad, pero en este caso sí lo tenían registrado: “Estaba ya a punto de caducar, pero finalmente consiguieron recuperarlo”, subrayó Latorre. De esta forma, y una vez que la empresa cerró sus puertas hace unos meses tras más de ocho décadas de incesante actividad, marcadas por la calidad, elaboración artesanal e innovación en sus productos, “La Inesperada” pierde también su esencia linarense.
Aun así, todavía no está todo resuelto. Y es que los trabajadores, una quincena aproximadamente, siguen pendientes de que se ejecuten las sentencias de los juicios celebrados en los últimos meses, así como de que se realice el último, que previsiblemente se hará a principios del próximo año, en los que solicitaron la extinción de su contrato “por incumplimiento” y denunciaron la situación de despido tácito. Lo que sí consiguieron, al menos, fue, a finales del pasado mes de noviembre, cobrar la primera mensualidad íntegra de paro, lo que para los empleados significó un importante alivio tras muchos meses sin entrar dinero a sus casas. Mariela Soriano / Linares