Indulto parcial para Rubén Muñoz

Rafael Abolafia/Jaén
El Consejo de Ministros ha concedido el indulto parcial a Rubén Muñoz Moya, el jiennense que cumple seis años de cárcel por dejar medio ciego a un hombre durante una pelea en 2007, un delito que siempre ha negado.

    19 jun 2013 / 08:10 H.

    El Gobierno le ha conmutado esa pena por otra de dos años de prisión. Sin embargo, hay condiciones para recobrar la libertad: debe pagar los 41.500 euros de indemnización a la víctima. La resolución fue adoptada por el Ejecutivo en su reunión del pasado viernes. Todavía no ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), aunque sí se le ha notificado al tribunal que lo condenó —la Sección Segunda de la Audiencia— y a su familia. No se trata de un indulto al uso, sino de una conmutación de la pena condicionada a que haga frente a la responsabilidad civil y que no cometa un delito doloso durante los próximos cinco años. Además, en este caso también concurre una circunstancia excepcional. El Consejo de Ministros ha concedido este indulto parcial a pesar de que Rubén Muñoz sigue sin admitir su culpabilidad en los hechos. Se trata de una situación que se califica de “insólita” porque el reconocimiento de la responsabilidad suele ser una condición casi indispensable para poder acceder al perdón gubernamental.Rubén Muñoz, que está encarcelado desde el pasado mes de octubre, puede acceder a la libertad condicional. Para ello, tendrá que indemnizar a la víctima con 41.500 euros, lo que supondría el reconocimiento tácito de los hechos, tal y como afirman fuentes judiciales cercanas al caso.Cumple castigo firme por golpear a un hombre en el transcurso de una pelea, ocurrida en septiembre de 2007 en un restaurante de la capital. La víctima perdió la visión de un ojo como consecuencia de la agresión. No obstante, Rubén Muñoz siempre se declaró inocente de estos hechos. Reconoció que estaba en el lugar donde se produjo la disputa, pero que no fue él quien estampó un vaso en la cara del denunciante. Sin embargo, la condena se basó, fundamentalmente, en el testimonio de la víctima, que reconoció “sin ningún género de dudas” a Rubén como su agresor. La familia de este jiennense trató de demostrar que el hombre mintió en el juicio. De hecho, contrató un detective que grabó una conversación con el agredido en su lugar de trabajo. Más información en nuestra edición impresa.