Indignado con la ITV de Jaén
Enrique Rodríguez García, desde Jaén.- El día 5 de abril de 2011 pasé la revisión de mi vehículo, marca Range Rover, pero al finalizar la inspección técnica me dice el operario que va a rechazármela porque los faros auxiliares que lleva incorporados no los he legalizado y que tengo que ir al taller que me los ha colocado para que me los certifique y posteriormente pueda homologarlos en la ITV.
Le comento al operario que el coche tiene más de quince años y que desde que lo compré en la Land Rover ha llevado los faros auxiliares. Es más, le muestro el manual de instrucciones que muestra la fotografía del vehículo, con faros auxiliares incluidos, así como la página que explica su funcionamiento, pero el celoso operario insiste en que se los he puesto por mi cuenta y que tengo que legalizarlos si quiero circular con ellos puestos. Solicito la presencia del perito de servicio, al que le vuelvo a explicar cómo hacía quince años que compré el coche al fabricante con los faros incluidos, que son los que figuran en la fotografía del manual de instrucciones. Pero nada, el perito también me toma por tonto y embustero y me informa desfavorablemente la inspección técnica. Así que tengo que ir al mecánico para que los desmonte y con los huecos para anidar gorriones que se le quedan al Range Rover, vuelvo a la ITV de Jaén para, una vez satisfecho el capricho de estos “servidores públicos”, poder circular con el vehículo. Ese día les pongo una queja, a la que ellos mismos me contestan insistiendo en que he realizado una reforma que tengo que legalizar, pero no me razonan en qué se basan para llegar a esa conclusión, de ahí que les solicito por escrito la normativa que regula lo que ellos mantienen. En su lugar recibo una llamada del jefe de la ITV de Jaén para pedirme que lleve el vehículo con los faros puestos para hacerle fotografías que va a enviar a Land Rover y solicitarles informe de si el vehículo los llevaba puestos en el momento de su compra. Tengo que volver al taller para que los instalen y pasar otra vez por la ITV. Hechas las fotografías paso nuevamente por el taller para el desmontaje de los faros. Como pasaba el tiempo sin recibir noticias y harto de circular con el vehículo sin los faros, dirijo escrito a la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, de la que depende la inspección técnica de vehículos en nuestra comunidad autónoma, para informarles de todo lo acontecido, pero cuál es mi sorpresa cuando veo que quien me contesta no es la citada Consejería, sino la jefa de Asesoría Jurídica y Contratación de la empresa concesionaria Veiasa, que mantiene la postura de su representada en Jaén, pero esta sí hace mención al Real Decreto 866/2010, de 2 de julio, que regula el procedimiento para la tramitación de las reformas efectuadas en vehículos después de su matriculación definitiva en España. Entre tanto recibo nueva llamada telefónica de la ITV de Jaén para “arreglar los papeles” porque ya han recibido el informe de Land Rover que confirma que el vehículo salió de fábrica con los faros auxiliares incorporados, de ahí que, en mi caso, no hay que tramitar la regularización de ninguna reforma. Pues vuelvo a ir a la ITV con la esperanza de recibir, al menos, una pequeña disculpa por las veces que me han hecho pasar por sus instalaciones, las mismas que por el taller mecánico, en el que he tenido que gastarme los cuartos, pero ¡nueva sorpresa!, me dicen que pase otra vez la inspección técnica del vehículo con los faros puestos. Obviamente acudí con ellos quitados, porque según estos “servidores públicos” eran ilegales, así que les digo que ya volveré con los faros puestos el día 5 de abril de 2012 y que estaba harto de dejarme putear por ineptos e incompetentes. El resumen de toda esta historia es que la ITV de Jaén ha intentado dejarme por tonto y embustero; ha pisoteado la dignidad que como persona me reconoce nuestra Constitución; ha hecho que me desplace cuatro veces a sus instalaciones, con la pérdida de tiempo correspondiente, más tres al taller mecánico para poner y quitar los faros, al que he tenido que pagar las facturas correspondientes y, por último, me ha impedido la defensa jurídica efectiva que también proclama la Carta Magna, pues no me han permitido defender mis derechos con la interposición de recursos en la vía administrativa o judicial contencioso-administrativa. La inspección técnica de vehículos es un servicio público, como lo es también la sanidad o la educación, pero ya vemos la diferencia con la que los ciudadanos recibimos unos y otros, dependiendo de si tales servicios se prestan directamente por funcionarios de la Administración o por empresas concesionarias, como es el caso de Veiasa-Jaén, que lo único que persigue es su lucro. Me pregunto por qué los usuarios de la ITV de Jaén tenemos que acudir acojonados a pasar la inspección técnica de nuestros vehículos, en lugar de hacerlo exigiendo un servicio público de calidad, como lo reclamamos de cualquier organismo oficial. También me pregunto por qué cuando cometen estas arbitrariedades y abusan descaradamente de nuestros derechos no protestamos indignados, reclamando el respeto y el trato que merecemos como ciudadanos españoles que contribuimos con nuestros impuestos al sostenimiento de los servicios públicos. ¡Basta ya!