Hellín Moro jamás olvidará Jaén
Emilio Hellín Moro, el ultraderechista condenado en 1982 a 43 años de cárcel por el asesinato de una joven estudiante a la que confundió con un miembro de ETA, tiene una curiosa historia que lo vincula con Jaén. Fue atrapado en Paraguay por un policía jiennense que, años después de su detención, le hizo un contrato de trabajo que le permitió disfrutar del tercer grado.

Hellín Moro ha vuelto a la actualidad. Una investigación publicada por el Diario “El País ha puesto al descubierto que, tras cambiar de identidad, trabaja para la Guardia Civil y para la Policía en casos de terrorismo y crimen organizado. Su especialidad es el rastreo de pruebas en teléfonos móviles, ordenadores y dispositivos digitales que han intervenido en actos terroristas, crímenes, homicidios, secuestros, delitos económicos o informáticos, tal y como desveló la información del periódico del pasado domingo.
Emilio Hellín Moro, que hoy tiene 63 años, fue uno de los autores materiales del asesinato de la joven estudiante Yolanda González, perpetrado el 1 de febrero de 1980. Una semana después, la Policía lo detuvo. Fue condenado a 43 años de cárcel por descerrajar dos tiros en la cabeza a la joven, a la que confundió con una militante de ETA. El entonces miembro de la ultraderechista Fuerza Nueva no se resignó a cumplir el castigo. Tras dos intentos fallidos de fugarse de la cárcel, Emilio Hellín consiguió eludir la acción de la Justicia. Aprovechó un permiso penitenciario concedido mientras estaba preso en Zamora para fugarse a Paraguay, con su mujer y sus tres hijos. Fue en febrero de 1987. Su aventura suramericana duró casi tres años.
Hasta que fue descubierto por un reportero de la revista “Interviú”, que descubrió su paradero. En julio de 1989, la Interpol lo detuvo. Es aquí donde comienza la vinculación de Hellín Moro con Jaén. Uno de los policías que viajó hasta Paraguay para ponerle las esposas fue el jiennense José Manuel Ledesma, presidente de los hosteleros andaluces durante años: “Tras un periodo de excedencia, reingresé en la Policía y me destinaron en la Interpol. Ese fue uno de mis primeros trabajos”, recuerda hoy. El exagente relata que, junto a un compañero, vigilaron de cerca a la persona que la Policía paraguaya tenía identificada como Hellín Moro hasta comprobar que realmente era el asesino fugado de Yolanda González. “Tardaron muchos días en conceder los papeles para la extradición”, afirma José Manuel Ledesma. Finalmente, trajeron de vuelta a España a Hellín.
Rafael Abolafia / Jaén
Más información en nuestra edición impresa.