Hasta siempre
Juan José Cobo fernández de Jaén
“A veces me subo contigo a las nubes y sonreímos”
En este quinto aniversario de tu ida, Juanjo, y a pesar de tener una triste reflexión para mí este año, quisiera recordar nuestra niñez, nuestros bonitos recuerdos y dejar a un lado la tristeza. Siento que papá y tú estáis conmigo para darme la mano y me doy cuenta de que lo peor de todo es no tener con nosotros a la gente que nos quiere. Lo demás, todo pasa. Espero que te guste mi sueño... Te quiero mucho, hermano.
A veces me escapo junto a mi niñez.
“A veces me subo contigo a las nubes y sonreímos”
En este quinto aniversario de tu ida, Juanjo, y a pesar de tener una triste reflexión para mí este año, quisiera recordar nuestra niñez, nuestros bonitos recuerdos y dejar a un lado la tristeza. Siento que papá y tú estáis conmigo para darme la mano y me doy cuenta de que lo peor de todo es no tener con nosotros a la gente que nos quiere. Lo demás, todo pasa. Espero que te guste mi sueño... Te quiero mucho, hermano.
A veces me escapo junto a mi niñez.
Me escapo allí para respirar un poquito, para hacer de mi vida fantasía y alegría, para no pensar en los problemas cotidianos que todos los seres humanos tenemos. A veces me subo contigo a las nubes, y duermo contigo entre algodones y, al amanecer, sonreímos al sol”. Seguimos las pistas de los pájaros, jugamos con ellos y recordamos entre risas las siestas en el verano, tirados en una manta, molestando a nuestros padres, reímos...
Luego vamos a un río, ¿te acuerdas? Nos bañamos en el agua, recordando pedacitos de la niñez que compartimos juntos. También paseamos por nuestra ciudad, por nuestro barrio, con sus gentes, tus amigos, nuestra familia... Los vemos a todos.
A veces, el cielo se pone gris y aparece una tormenta. Me aprietas la mano y me enseñas a aprender de la vida, de las malas experiencias y, entonces, nos abrazamos...
Después de haber visto lo que nos rodea, decido volver. Abro los ojos y vuelvo junto a mi vida. ¡Qué bonito sueño he tenido! Y es que, a veces, me escapo junto a mi niñez... Gracias por venir conmigo.
Por tu hermana, María del Carmen Cobo Fernández.
Félix López Gallego de Linares
Impagable cronista “no oficial” de Linares
Uno, ante la pérdida irremediable de un amigo entrañable, tiene una extraña sensación de orfandad, tal vez porque el vivir de cada día lo solemos construir con el armazón inestimable de la cordialidad y la cercanía de la gente imprescindible. Sensación de orfandad que sentí hace más de una década cuando se nos fue el ilustre linarense y maestro de cronistas Juan Sánchez Caballero; la misma percepción la viví algunos años después cuando se nos fue el recordado jiennense Diego Rojano Ortega; y no hace tanto volví a sentirla cuando nos dejó el impresor carolinense Francisco Ramírez Cerón.
Todas estas entrañables orfandades de amigos imprescindibles tuve la oportunidad de compartirlas con Félix López Gallego, incansable investigador y escritor linarense, amigo del que ahora siento también su orfandad irreparable.
Félix López Gallego, como investigador y como linarense, ha sido “el cronista oficial que Linares se perdió formalmente” cuando la Corporación Municipal de la ciudad decidió, de forma reiterada y con equipos de Gobierno diferentes, no contar con esta figura honorífica de la cultura local después de que se nos fuera, hace más de una década, Juan Sánchez Caballero, a quien tuve la oportunidad de oírle repetidas veces la recomendación de que fuera López Gallego quien le sucediera en el cargo para, de este modo, darle continuidad a la labor investigadora iniciada por él sobre los diferentes temas linarenses. De hecho, fue Félix quien culminó, corrigió y vio impreso el gran trabajo recopilatorio y crítico de los textos sobre Linares del historiador Federico Ramírez, que publicó posteriormente el Instituto de Estudios Giennenses.
Félix López Gallego no recibió nunca el nombramiento de cronista oficial de la ciudad de Linares, pero sí Linares y sus gentes contaron en todo momento con un cronista de la talla humana e investigadora de Félix López Gallego. Queden sus varios libros sobre temas linarenses, sus cientos de artículos —tres de ellos memorables sobre la figura de Manuel Lozano Garrido “Lolo”, publicados en Diario JAEN durante la década de los noventa—, sus muy documentadas conferencias pronunciadas en prácticamente todos los estamentos locales, su pregón prólogo del Concurso Nacional de Tarantas del año 2009 y tantas otras actividades encaminadas a divulgar y dar a conocer las entretelas y el “santo y seña” de la identidad linarense, no siempre al gusto y conveniencia de todos, pero siempre desde el rigor de una investigación seria y honesta, alejado de la tentación fácil de convertir la Historia en una mera y localista “mentira encuadernada”.
Quede aquí constancia de nuestra pública gratitud a Félix López Gallego por todo cuanto nos dejó en sus papeles y en sus palabras; en el pan, en el vino y en el aceite que compartimos con él en paz y como hermanos. Machadianamente hablando le debemos todo cuanto ha escrito, sin más deuda por su parte que la orfandad impagable de su ausencia presente.
Por José María Suárez Gallego, decano de los cronistas oficiales de Sierra Morena.
Aantonio Sánchez “azules” de Villanueva del Arzobispo
Un reconocido fotógrafo taurino en Cataluña
El fotógrafo taurino villanovense Antonio Sánchez, popularmente conocido por “Azules”, falleció días pasado en Bellvitge (Barcelona). El fotógrafo de 63 años había sufrido una embolia cerebral, que lo tuvo en estado de coma varios días.
“Azules”, natural de Villanueva del Arzobispo , se afincó desde joven en la ciudad catalana de L’Hospitalet de Llobregat. Como reportero gráfico, cubrió durante más de veinte años, desde los años ochenta a finales de los noventa, los festejos que se celebraban en las distintas plazas del territorio catalán.
En su juventud hizo sus pinitos como torero y fue, además, uno de los fundadores del Club Taurino de L’Hospitalet. En su pueblo natal, era muy conocido y querido y, en más de una ocasión, se desplazaba desde tierras catalanas, con la cámara siempre a cuestas, cuando había algún espectáculo taurino en el coso villanovense. Era raro no ver a “Azules” en el burladero, con su cámara, captando los mejores momentos de las faenas, y son muchas las personas que han pasado por su objetivo retratadas por él con las figuras del toreo que han pasado por Villanueva del Arzobispo.
Por Juan José Fernández.
RAFAEL VARGAS SORIA de La Carolina
Un apasionado de su familia y del fútbol
Ahora que está a punto de comenzar la nueva temporada de fútbol es casi obligatorio hacerle un sencillo, pero gran homenaje, a todo un hombre apasionado por su familia, por el fútbol de La Carolina y por hacer el bien en todo lo que pudo a la sociedad. Este no es otro que Rafael Vargas Soria, persona de gran valía, que subió al cielo después de desarrollar un trabajo que todo el pueblo carolinense le reconoció públicamente e, incluso, fue galardonado con una placa y un saque de honor en un partido de la Unión Deportiva Carolinense. Y es que Vargas, como era conocido popularmente, ostentó todos los cargos habidos y por haber con las diferentes directivas de las que formó parte. Además, participó en operaciones bancarias a favor de su club, incluso en contra de sus propios intereses. Fueron muchas las horas robadas a su descanso para preparar los balones y cosido de botas, trabajo que realizó desinteresadamente, y muchas otras cosas que le proporcionaron muchos berrinches, aunque también muchas alegrías en este su gran hobby.
En el año 1953, conjuntamente con Joaquín López, Joaquinito, participó en la consecución de unos terrenos en una huerta, hoy Campo de Deportes Escolar, donde trabajó duramente en el replanteamiento de los terrenos. Por ello. fue nombrado secretario del primer equipo que se fundó en este campo de deportes, denominado Club Deportivo Español. Posteriormente, en 1963, participó activamente en la fusión de los tres equipos existentes en La Carolina como fueron el Estación, el Pilarillo y el Español, de la cual surgió la exitosa Unión Deportiva Carolinense. Fue catalogado y premiado por la delegación provincial de Educación Física y Deportes, en el año 1970, como “uno de los mejores deportistas de esta anualidad”. A pesar de todos estos premios, muchas veces pensó en retirarse de la actividad futbolística, pero, como él mismo expresaba, “lo he pensado muchas veces a lo largo de mi trayectoria deportiva, pero es que el fútbol lo llevo tan dentro que no soy capaz de hacerlo”.
Fueron muchas las ocasiones en las que coincidí con Rafael Vargas en los partidos de fútbol que se celebraban en La Carolina y pronto me hice amigo de él, lo que supuso un gran honor, debido a los momentos de mi niñez. Y no en vano, me daba muchos consejos e, incluso, se ponía muy nervioso al ver que el fútbol de ahora no es como el de antes, donde poco importaba el dinero ni había fichajes millonarios, sino un inusitado interés por defender los colores de la camiseta del equipo de su pueblo. Estuvo asistiendo a ver los partidos de fútbol en su pueblo hasta poco tiempo antes de que Dios lo fichara para componer el mejor equipo del mundo en el reino de los cielos. Por estos motivos, aunque esté ausente, podemos estar muy orgullosos de Rafael Vargas Soria.
Por tu amigo, Silverio Fernández.
Luis Salido Sánchez de Cazalilla
“Nos unía una sincera y gran amistad”
Con 69 años, víctima de una larga enfermedad, falleció, el pasado 13 de julio, Luis Salido Sánchez, cronista oficial de Cazalilla. No me resulta difícil hablar de la persona de Luis Salido, cuando a ambos nos unía una sincera y gran amistad, nacida, además de pertenecer a municipios muy cercanos y bastante hermanados, al hecho de haber tenido con él un trato bastante continuado, entre otros, en la colaboración en múltiples trabajos, tratando ambos de investigar sobre la historia de Cazalilla y Mengíbar. Fue un hombre bueno, sencillo, cariñoso, profundamente humano, muy servicial, siempre dispuesto a dar lo que tenía, buen esposo y padre, y, por consiguiente, muy querido por su familia. Disfrutaba con tener amigos y era feliz, siendo útil a los que algo le solicitaban.
Fue alcalde de Cazalilla en dos ocasiones, sirviendo con todas su fuerzas a su pueblo y a sus paisanos. Sí quisiera destacar en ese periodo, sobre todo, su esfuerzo en salvaguardar el valioso archivo histórico de Cazalilla, que, a su llegada a la Alcaldía, encontró depositado en unos viejos armarios, repletos de legajos, sin orden ni continuidad, además de llenos de polvo y en pésimas condiciones de humedad. Tuvo el acierto de darse cuenta y apreciar la mucha importancia de aquellos legajos, por lo que requirió mi ayuda para empezar a limpiarlos e iniciar una primera clasificación. A ello se unió otro compañero mengibareño, gran amante y apasionado de la historia, Alonso Medina Arellano. Ambos estuvimos yendo a Cazalilla muchas mañanas de un verano. Nuestra misión, como dije antes, consistió en empezar a sacar aquellos legajos de los armarios, quitarles el polvo y clasificarlos por distintas materias, como quintas, cuentas municipales, contribuciones, pleitos, escuelas, personal, pósito, actas municipales y un largo etcétera. Después, los dividimos por siglos y poco más pudimos hacer aquel primer verano. Luis, aunque estaba resolviendo los muchos asuntos de su Alcaldía, aprovechaba cualquier momento libre para unirse a nosotros y ver los resultados de nuestro trabajo.
He de confesar que Alonso Medina y yo nos quedamos asombrados viendo la riqueza de aquellos valiosos documentos que, milagrosamente, se habían salvado, gracias a haber estado metidos en aquellos viejos y destartalados armarios y, sobre todo, olvidados en un rincón del antiguo Ayuntamiento, quiero recordar que en el calabozo, donde nadie, ni siquiera los funcionarios municipales, tenían noticias de ellos o, al menos, los consideraban, simplemente, como “papeles viejos”. Téngase en cuenta que se conservaban legajos de los siglos XVI y siguientes pertenecientes al Ayuntamiento, además de, lo más importante, procedentes del Juzgado Municipal de Cazalilla, que entonces dependía del Ayuntamiento, por lo que aparecieron cientos de pleitos entre vecinos y forasteros, lo que engrandecía bastante su importancia. Posteriormente, el Ayuntamiento de Cazalilla realizó la catalogación de aquellos valiosos legajos, primero con funcionarios municipales y, después, con la ayuda de las autoridades provinciales, empleándose personal especializado, en régimen de becarios, finalizando la misma y poniendo ese valioso archivo a disposición de los historiadores que deseen investigar sobre el pasado de Cazalilla en un amplio local del actual Ayuntamiento, bien cuidado y dotado de los mejores medios para su consulta.
Luis estudió aquellos legajos y, en los ratos libres de su Alcaldía, empezó a tratar de descifrarlos, sin conocer el arte de la paleografía, por lo que, usando de la paciencia y empleando muchas horas, llegó a dominarla y pudo leerlos correctamente, iniciándose en la tarea de escribir en revistas especializadas en temas históricos. Todo ello hizo que la Asociación de Cronistas Oficiales de Jaén propusiera a la Corporación Municipal de Cazalilla que Luis Salido Sánchez fuese nombrado cronista oficial del municipio donde nació y al que tanto quiso. La propuesta, por unanimidad de sus miembros, fue aprobada, siendo, a partir de entonces, un activo y prolífico investigador de los temas cazalilleros, que publicó en las revistas de feria de Cazalilla y Mengíbar, así como en las distintas comunicaciones presentadas en los congresos de Cronistas Oficiales de Jaén, editados por la Diputación Provincial de Jaén, donde pueden ser consultados. Ello le hizo pensar en escribir un libro de la historia de Cazalilla, pero los primeros síntomas de su enfermedad frenaron su realización, aunque nunca dejó de pensar en ello.
Somos conscientes de que estos días vacacionales y veraniegos impidieron a los compañeros cronistas el haber dado el último adiós a nuestro amigo y compañero, Luis Salido, aunque el presidente de la Asociación Provincial de Cronistas “Reino de Jaén”, Juan Infante Martínez, estuvo presente en el funeral de entierro, celebrado en Cazalilla. Con nuestro presidente estuvimos todos representados y así lo expresó a sus familiares, porque todos hemos sentido su fallecimiento, con el que convivimos en muchos momentos y, con él, estuvo nuestro dolor por su muerte. También Cazalilla, estoy seguro de que ha sentido, profundamente, la muerte de su gran cronista, al que tanto debe. Desde estas líneas, en nombre de todos los cronistas oficiales de Jaén, queremos volver a expresar nuestro más sentido dolor y pésame a todos sus familiares, especialmente, a su esposa, Manolita Chica Camacho, y a sus tres hijos, nietos y hermano, deseando que la última y decisiva crónica de nuestro buen amigo, Luis Salido, haya tenido como único tema: que goza, eternamente, de laPaz en el Señor.
Por Sebastián Barahona Vallecillo, cronista oficial de Mengíbar.