Gregorio Manzano: “Cristiano y Messi son al fútbol lo que el Siglo de Oro para nuestra literatura”

Gregorio Manzano quería ser jugador de fútbol. Lo fue, pero, felizmente para los banquillos y con no poco pesar para él, se vio obligado a dejar ese camino por una grave lesión. Sin embargo, tuvo tiempo de conocer las sensaciones del jugador de fútbol y a entender qué pasa por la cabeza de un futbolista cuando vive la relación con el balón desde dentro. Sabe lo que tiene que saber del juego interno y ha estudiado hasta la saciedad, lo que es y significa el fútbol en el plano teórico y de análisis. Tuvo un sueño y salió a buscarlo en mitad de las zozobras laborales que, como un alter ego implacable, le quisieron disuadir a base de esfuerzos e impedimentos. No hubo forma… Cual caballero andante se fue en busca de sus ideales y no reparó jamás en distancias ni impedimentos. Quiso y pudo. Jaén, Talavera, Toledo, Vallecas, Valladolid, Mallorca, el Manzanares, La Rosaleda, el Sardinero, Sevilla y mucho antes Santisteban, Villacarrillo y casi todos los equipos importantes de la provincia de Jaén. Un máster que ahora aplica en China y que sirve para explicar que el fútbol es un lenguaje universal, una herramienta que une a base de emociones y conocimientos. Gregorio se ha doctorado en fútbol y vida.

12 abr 2015 / 09:24 H.


—¿Qué balance puede hacer de su estancia en China?
—La verdad es que el reto está siendo apasionante. Puede parecer un tópico, pero la verdad es que estamos experimentando cosas muy excitantes, tanto a nivel futbolístico como a nivel personal. Hasta el momento, el balance muy positivo.  La pasada temporada batimos todos los récords del club, tanto en casa como fuera, consiguiendo la mayor puntuación de su historia y llegando a disputar el campeonato en la última jornada con el equipo más poderoso de Asia, el Guanzhou Evergrande. En la presente hemos vuelto a batir otro récord; nunca el equipo, después de tres jornadas de Champions y cuatro de liga, había sido líder en las dos competiciones. Nuestro primer objetivo de la temporada es pasar la fase de grupos de Champions e intentar luchar por conseguir algún título. En eso estamos trabajando, ahí están puestas nuestra ilusiones y , de momento, tenemos un bonito número de partidos sin conocer la derrota, 19. Es bonito y deseamos seguir en esta línea para premiar a nuestra afición.

—¿Cómo está organizada la competición en China?
—La Super liga china comienza en el año 1992 y, por tanto, está en un periodo de adaptación a nuevas formas de jugar y de crecimiento, en cuanto a su estructura organizativa y funcional. Hay 16 equipos, con dos descensos.  El campeón de liga y de copa van directamente a la Champions de Asia, y hay otras dos plazas que deben jugar previa. La Copa se juega en campo del rival más débil hasta las semifinales,  que es a doble partido, igual que la final. El campeonato se juega de marzo a noviembre. De momento, como he comentado, hemos empezado muy bien y mantenemos el liderado. Esto, como sabemos bien, es muy largo y debemos seguir trabajando. Sin embargo la pasada temporada estuvimos muy cerca y queremos intentar esta temporada rematar bien y lograr un gran éxito.

—¿Se sigue mucho el fútbol español en China?
—La pasada temporada apenas se veía fútbol, excepto algunos partidos del Real Madrid y Barcelona, pero esta temporada estamos empezando a ver algunos partidos más, sobre todo por los horarios establecidos en España. Con todo, se ve mucho más fútbol inglés y alemán que español actualmente. La llegada de capital chino al Atlético de Madrid, al igual que las escuelas de fútbol que tiene el Real Madrid en Guangzhou, hacen que el fútbol español tenga ahora un poco más de interés, como se puede comprobar que este verano vengan a jugar en pretemporada el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Ojalá que, con el tiempo, nuestra Liga tenga más incidencia en China. Los pasos parece que se están dando.

—Cristiano y Messi son también estrellas en China…
—En Pekín solemos ver camisetas de chavales de Messi y de Cristiano; son los dos mejores jugadores del mundo y están en nuestra Liga, la española. Su comparación y su competitividad partido tras partido engrandecen este bello deporte. Tal vez estemos viviendo el periodo más bonito y emocionante de toda la historia del fútbol y el día que no estén en activo ninguno de los dos, esta época será recordada como se recuerda el Siglo de Oro en la literatura de nuestro país.

—Parece que el gobierno chino ha apostado fuerte por el fútbol de cara al futuro….
—Hace un mes, aproximadamente, el Consejo de Estado, que es el máximo órgano de Gobierno, con su presidente, Xi Jinpin, al frente, tomaron la decisión de darle prioridad al fútbol en todos los aspectos, desde las infraestructuras, reglamentación, enseñanza e imagen para que, en un futuro a medio plazo, se pueda organizar un Campeonato del Mundo aquí.  Se quiere pasar, a corto plazo, de 5.000 escuelas de fútbol a 20.000 y, a largo plazo, ampliarlas a 40.000. Sin duda es una apuesta muy fuerte por el fútbol. Eso nos llena de satisfacción.

—¿Cómo es la prensa deportiva en China?
—La prensa aquí es numerosa y es normal ver en la rueda de prensa unas diez o doce cámaras de televisión además de unos 40 o 50 periodistas. Son respetuosos y en alguna ocasión, cuando se produce un resultado importante, aplauden al finalizar la rueda de prensa. Hay partidos, como el del año pasado contra el Evergrande, que han podido verlo más de 100 millones de personas... Internet es un medio de comunicación muy importante en China. Me hicieron una entrevista por internet y tuvo una entrada de unos  350 millones de personas. En las ruedas de prensa nunca te preguntan por las actuaciones de los árbitros; está prohibido hablar de su actuación y, si lo haces, puedes ser sancionado. En un partido hice un comentario sobre una jugada: me sancionaron con un partido y 8.000 yoanes de multa. Nadie me informó antes del tema... No me volverá a pasar.

—¿Qué pronóstico tiene para el final de nuestra Liga: Barcelona o Real Madrid?
—En la presente temporada parece que se vuelve al bipartidismo de los últimos años por ganar la Liga, ya que el Atlético de Madrid se ha descolgado un poco. De momento, el Barcelona tiene una reducida ventaja sobre el Real Madrid, que,  a falta de ocho partidos, deberá de luchar muy bien para conservarla, porque el Real Madrid es especialista en hacer remontadas los finales de liga e, incluso, ganándola en el último instante. Será un final bonito y emocionante. Creo que, al margen de que sea una cosa de dos,  según está la clasificación, va a ser como siempre apasionante.

—¿Considera que nuestra sociedad tiene una crisis de valores o una crisis de esperanza provocada por la corrupción?
—La sociedad debe sostener los valores de la justicia y de la igualdad, además de intentar luchar para que haya más trabajo y menos corrupción. Esta misión es la de los gobernantes que elige el pueblo y que deben ser honrados, honestos y capaces para que su trabajo se vea reflejado en las personas que los eligieron para representarlos.

—¿Cómo se ve España desde China?
—En China hay un muy buen concepto de España y de su forma de vivir, comer y de su sol. China es el país que más turistas despliega por el mundo: unos 100 millones de personas salen fuera y el crecimiento de turistas con destino a nuestro país va en aumento, incluso adquiriendo viviendas con la nueva normativa del Gobierno español. A través del restaurante P20, que es auténticamente español, donde comemos diariamente el cuerpo técnico, he introducido el aceite de Jaén, exactamente de Sierra Mágina,  y este año estamos dándole difusión al aceite de Oro Cánava. Queremos hacer un evento en P20 para exponer los alimentos de Jaén, por supuesto nuestro aceite, además de vinos y otros productos de España.

—¿Ha tenido ofertas para dejar China?
—Sí,  ha habido varias. Quizás una de las más tentadoras me llegó al mes de estar aquí. Me ofrecieron entrenar a la selección griega después del Mundial. Lógicamente, decliné la invitación de ir a Grecia porque ya me debía a mi nuevo proyecto y, además, estaba muy ilusionado con él. Era una cuestión profesional y ética, no lo dudé ni un momento. Mi compromiso estaba aquí.