GOYA.- Alis e Inma Cuesta, sobre la alfombra roja

Semanas después de conocer que había sido nominada a los Goya en la categoría de mejor actriz, Inmaculada Cuesta todavía no podía controlar su entusiasmo, así que es imaginable cómo debe sentirse hoy, cuando todos los focos se fijen en ella minutos antes de atravesar el umbral del Palacio Municipal de Congresos de Madrid, donde el cine español entrega sus premios más importantes. Recorta distancias con actrices sobradamente reconocidas como Elena Anaya (La piel que habito) o Verónica Echegui (Katmandú), nominadas por tercera vez por la Academia Nacional de Cine a estos galardones, y Salma Hayek (La chispa de la vida), que aunque presente por primera vez en la gala del cine español, ha sido propuesta a premios de sobrado calado internacional, como los británicos Bafta o el del Sindicato de Actores —ambas nominaciones por su papel de Frida Kahlo en Frida—. La arquillera se estrena así después de aprovechar mejor que bien el capote que le brindó Benito Zambrano con el papel de Hortensia para la versión cinematográfica de La voz dormida, y las voces expertas dicen que tiene opciones de escuchar su nombre esta noche. Para Alis, el hecho de haber sido uno de los “elegidos” para participar en la carrera es un reconocimiento sobresaliente.
La oportunidad de llevarse el busto de Francisco de Goya a casa le llegó de manos de la directora Paula Ortiz, que quiso que el baezano compusiera el tema principal de De tu ventana a la mía, así que le regaló Debajo del limón para ella. Ha gustado, y no solo al de Baeza —que considera un lujo haber podido participar en la película— y a la directora de la obra protagonizada por Maribel Verdú, también a la crítica y a los académicos.
El último jiennense en los Goya fue Ignacio Pérez-Dorset, por la película de animación Planet 51. Él se llevó la estatua a casa y las experiencias que, ganen o no, podrán atesorar a partir de hoy tanto Inma Cuesta como Pachi García, que continuarán con sus proyectos profesionales. Nuria Fernández / Jaén