El Museo exhibe joyas catedralicias
Ignacio Frías /Jaén
El Museo de la Catedral es un gran desconocido para buena parte de la ciudadanía jiennense. Instalado en el Panteón de los Canónigos, obra hecha por Vandelvira, muestra auténticas joyas del arte sacro, muchas de ellas realizadas por afamados artistas del Renacimiento.

El Museo de la Catedral es un gran desconocido para buena parte de la ciudadanía jiennense. Instalado en el Panteón de los Canónigos, obra hecha por Vandelvira, muestra auténticas joyas del arte sacro, muchas de ellas realizadas por afamados artistas del Renacimiento.
Se conoce poco y eso le confiere un plus de sorpresa, y hasta admiración, cuando se visita por primera vez. El Museo de la Catedral es uno de esos espacios singulares de la ciudad que llama más la atención a los de fuera que a los propios y que, a partir del próximo domingo, Diario JAEN lo acercará a sus lectores con la promoción Paseos por la Catedral de Jaén.
A este espacio se accede por la zona que da entrada a la Sacristía, sólo que bajando por la escalera de piedra hasta el sótano, que fue Panteón de los Canónigos, un nombre que delata su uso. Pero hoy está despejado de sarcófagos y su lugar lo ocupan objetos religiosos y obras de arte. Nada más bajar las escaleras, llama la atención un triple arco, diseñado por Andrés de Vandelvira, que recuerda que el Renacimiento español de la primera hornada no tenía por qué caer en el manierismo para ser bello, estético, armónico y con gracia. Si el continente tiene su importancia, en un museo (salvo que lo haya hecho Moneo, Frank O. Gehry o Le Courbusier) la estrella es el contenido, porque de eso se trata. El Museo catedralicio de Jaén contiene auténticas joyas del arte sacro, puesto que lo profano, allí no tiene cabida. Hay piezas de orfebrería que llaman la atención por sus filigranas, libros corales en pergamino con miniaturas magníficas, mitras y casullas de obispos, bargueños relicarios, cálices, estandartes episcopales y otros objetos de diversos usos y autores anónimos.
Pero lo que realmente destaca es la colección de obras de arte, pinturas y esculturas que cuelgan de las paredes, y en las que puede incluirse la artesanía en forja del Maestro Bartolomé, del que se exhibe un Tenebrario y un Hachero para el cirio pascual, ambos policromados.
Al acceder al Museo, al fondo de la sala, luce con todo su esplendor y colorido un óleo de Valdés Leal que representa al rey San Fernando y se dice que el castillo en lo alto del cerro y la ciudad, simbolizan a Jaén.
En la sala contigua, también al fondo, se ve el lienzo de un crucificado, Jesús Abandonado, o La Virgen de la O, embarazada, ambos de Sebastián Martínez, pintor jiennense del XVII, que conoció a Alonso Cano y fue discípulo de Velázquez. Hay cuadros anónimos de bella factura y otros de autor, como Los Desposorios de la Virgen y San José del mexicano Villalpando, o la Piedad de Pedro Machuca.
Francisco Juan Martínez Rojas: 'El Escorial y la Catedral de Jaén son el Renacimiento más puro'

El deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas es natural de Vilches. Su formación es amplia. Es doctor en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma, diplomado en Diplomática y Archivística por la Escuela Vaticana de Archivística, Diplomática y Paleografía, diplomado en Arqueología Cristiana por el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana de Roma. Además de su titulación académica, es profesor de Historia en los seminarios diocesanos de Jaén y Granada, consejero del Instituto de Estudios Giennenses, y académico de la Real Academia de Ciencias Históricas y Bellas Artes de Toledo.
—Sin duda, la Catedral de Jaén es el principal atractivo turístico de la ciudad. ¿Qué es lo más interesante que puede ofrecer realmente a sus visitantes?
—Cuando una persona contempla la Catedral de Jaén está contemplando el que es, junto con El Escorial, el monumento más puro del Renacimiento español, con un criterio más clasicista y libre de aditamentos propios de lo que se conoce como plateresco. El visitante puede contemplar una sillería de fábrica completamente terminada, algo que no se puede decir del resto de las iglesias-catedrales de Andalucía Oriental, que no están terminadas y están a caballo entre el último gótico y el Renacimiento. Es un proyecto homogéneo y unitario que, a pesar de haberse comenzado en 1550 y finalizado en 1802 con el Sagrario, hubo muy poca ruptura de la idea originaria de Vandelvira. Eso crea una atmósfera de coherencia y conjunción de todos los elementos arquitectónicos que provoca una sensación de armonía.
—¿Que opina de iniciativas como la de Diario JAEN.
—La luz hay que ponerla en alto para que alumbre. Y si nuestra Catedral puede iluminar el panorama cultural y religioso, hay que divulgarla y llevarla a muchas personas. Y todo proyecto, como este de Diario JAEN, naturalmente, es bienvenido.
—Aparte de esa sensación armónica “ambiental”, ¿qué recomienda que se vea?
—Hay una buena colección de pinturas y obras muy curiosas como Los desposorios de la Virgen y San José, del mexicano Villalpando; u obras del jiennense Sebastián Martínez, o de Juan Valdés Leal con el magnífico retrato de San Fernando. Aparte de eso, la escultura está bastante bien representada con los relieves de Alonso de Mena, en la portada norte, o de Luis de Aguilar en el crucero sur. Está la magnífica sillería del coro, o las imágenes a lo romano de Sebastián de Solís del retablo de la capilla mayor, al que se le atribuye el San Pedro que está en el Museo catedralicio y el San Sebastián, y que es el último representante de la escultura jiennense.
—¿Cree, como se ha dicho en alguna ocasión, que la Catedral da la espalda a la ciudad?
—Eso se dijo en un artículo muy desafortunado de Vicente Verdú. No sólo no le da la espalda, sino que, al contrario, está mirando frente al Castillo de Santa Catalina y plantándole cara a Jabalcuz. Es un símbolo de cómo el espíritu jiennense es capaz de hacer frente a las dificultades y desafíos que se le puedan plantear. La típica resignación de la gente de Jaén no es cierta. La Catedral es una prueba palpable de eso, porque se hace con recursos de Jaén y la mayor parte de los arquitectos que trabajan en ella son jiennenses. Obras como esta demuestran que el jaenés no es el que se resigna, de un modo fatalista, ante la vida y la historia, sino que es capaz de ofrecer productos tan absolutamente logrados como nuestra Catedral.
—¿Qué recorrido recomienda para un paseo por este edificio?
—Lo mejor es seguir el proceso constructivo. Entrar por el trascoro sin entretenerte demasiado, ir directamente hacia la zona sureste que se levantó en tiempos de Vandelvira, ver la Sacristía, la Sala Capitular, el vestuario, el panteón de canónigos, seguir hacia la cabecera de la nave de la Epístola, y recorrer las capillas de Santiago, del Santo Rostro, de San Fernando donde está Nuestro Padre Jesús, de San Eufrasio, de la Inmaculada, del Niño Jesús. Dar la vuelta por detrás al presbiterio y admirar su modernidad que, de no ser por ese templete de finales del XVIII será como los del Vaticano II, con los fieles alrededor, sólo que se hizo tres siglos antes. Luego se puede seguir por la nave del Evangelio con una parada en el coro para finalizar en el trascoro.
—¿Cree que se conoce bien la Catedral de Jaén?
—Creo que no. La gente de Jaén, como estamos acostumbrados, tiene ese cansancio del ojo que no te permite el asombro. Hay que desprenderse de ese sopor intelectual para darnos cuenta del valor que realmente tiene.
Libros y DVD con Diario JAEN
Diario JAEN ofrecerá a sus lectores, a partir del próximo domingo, una colección de ocho libros y ocho DVD titulados Paseos por la Catedral. Un trabajo literario y audiovisual en el que se plasma la magia de uno de los edificios más emblemáticos del Renacimiento español.La primera entrega verá la luz el domingo y se podrá adquirir junto con el ejemplar de Diario JAEN por sólo medio euro más. El resto de la colección costará un euro por pieza además del ejemplar del periódico. Junto a la primera entrega se repartirá la tarjeta de lector. Durante los siguientes siete domingos se hará una nueva entrega, con el pase de la tarjeta de lector del miércoles, jueves y viernes. El sábado será el pase comodín.