Excelente corrida de Esplá, El Juli y Castella
Alfredo Margarito / Jaén
Si el prólogo fue emotivo, por el reconocimiento dedicado a Luis Francisco Esplá, el epílogo de la tarde de toros en el histórico coso de El Vivero fue de apoteosis y de entrega total de un público

Si el prólogo fue emotivo, por el reconocimiento dedicado a Luis Francisco Esplá, el epílogo de la tarde de toros en el histórico coso de El Vivero fue de apoteosis y de entrega total de un público
reconocedor de los méritos artísticos de los tres toreros.Si el juego del ganado, con las excepciones del sobrero lidiado en cuarto lugar ya reseñado al comienzo y del que cerró plaza, hubiese estado a la altura de los deseos de agradar de los tres espadas la tarde habría sido histórica, de todas formas, contabilizar la concesión de siete orejas constituye un éxito y que El Juli y Castella salieran a hombros por la puerta grande —Esplá tiene por costumbre no traspasar el umbral de la puerta de los triunfos toreros— como cierre de una función, que con su bajada del telón, había logrado poner a la totalidad del respetable público de acuerdo en que el toreo es un arte y una confluencia con nuestra cultura andaluza.
Luis Francisco Esplá logró en Baeza un triunfo para el recuerdo. Cuajó dos faenas, principalmente en el segundo de su lote, hacer lo difícil, fácil. es decir, eso que se dijo siempre de los grandes maestros del toreo, la difícil facilidad de lidiar con arte y prestancia añeja a los toros de muerte, que se decía hace varios siglos. Pudo cortar trofeos en su primero, pero la espada le jugó la mala pasada del pinchazo y la media un tanto atravesada. La estocada, la gran estocada, llegó en el cuarto y de ahí el premio de las dos orejas.
Julián López, “El Juli”, tuvo dos toros a contrapelo, pero la maestría del madrileño con raíces cazorleñas, hizo que la arixmética de las distancias y el conocimiento de los terrenos, lograsen hacer de una tarea imposible una meritoria labor, refrendada con dos estocadas que podrían catalogarse de antológicas. Con el quinto, un toro que embestía a medio gas y con la cara por el cielo, terminó el burel sometido a la poderosa muleta de Juli, que comenzó a ligar y a pasarse los pitones por el bordado de su vestido azul marino. La obra estaba hecha y el resultado no podía ser otra que la de echar tres orejas en el esportón y recibir el reconocimiento de un público, que en su honor ofreció momento de silencio, que dieron grandeza al admirable toreo del joven maestro madrileño.
El terce espada de la terna fue el francés Sebastián Castella, que si bien pasó casi de puntillas en la lidia y muerte del tercero de la tarde, en el sexto y último, surgió el Castella de la grandes solemnidades. Erguido, elegante, quieto y valiente a carta cabal, cuando dejó un pinchazo en todo lo alto, para terminar con una estocada hasta las cintas, el entusiasmo se hizo general y las dos orejas fueron el refrendo de una faena para el recuerdo.
PLAZA DE TOROS DE BAEZA
Ganaderías: Seis toros del hierro de Torrehandilla, bien presentados. El cuarto se partió un pitón y fue apuntillado en el ruedo. En su lugar se lidió un sobrero de Lagunajanda. Las reses del hierro titular, salvo el que cerró plaza, que fue un buen toro, desiguales de juego. Unos con peligro, otros faltos de casta y el resto parados sin fijeza. Excelente el sobrero de Lagunajanda, que fue aplaudido en el arrastre.
Toreros: Luis Francisco Esplá (azul cielo y oro), ovación y saludos en el primero y dos orejas en el cuarto bis.
Julián López, “El Juli”, (azul marino y oro), una oreja en el segundo y las dos del quinto.
Sebastián Castella (malva y oro), ovación y saludos con aviso en el tercero y dos orejas en el que cerró plaza.
Incidencias: La plaza registró cerca de dos tercios de entrada. Tras el paseíllo de las cuadrillas, el alcalde de Baeza, Leocadio Marín, hizo entrega, en nombre del Círculo Taurino de Baeza, de la reproducción del famoso toro ibérico de Porcuna, como reconocimiento a su larga trayectoria profesional y por el hecho de que ayer se despedía de los ruedos españoles, anunciada ya su retirada al finalizar la presente temporada. En una tarde calurosa hay que destacar la excelente lidia de Juan Rivera, de la cuadrilla de Esplá, y Curro Molina, de la de Castella, lidiando y banderilleando.