Estramonio: Un veneno muy común
Rafael Abolafia/Jaén
Crece sin control alguno en huertos abandonados, cunetas y descampados cercanos a zonas húmedas. Desprende un olor nausebundo y es tóxico, incluso letal. Es el estramonio, la planta que está detrás de la muerte de jóvenes que acudieron a una fiesta 'rave' en Getafe y que es muy común en la provincia.
Crece sin control alguno en huertos abandonados, cunetas y descampados cercanos a zonas húmedas. Desprende un olor nausebundo y es tóxico, incluso letal. Es el estramonio, la planta que está detrás de la muerte de jóvenes que acudieron a una fiesta 'rave' en Getafe y que es muy común en la provincia.
“Se da en las zonas más cercanas a los ríos, sobre todo en el eje que forman Andújar, Bailén y Mengíbar”, explica el profesor de Botánica de la Universidad de Jaén, Eusebio Cano. Este experto publicó en el año 2009 un estudio sobre la flora psicotrópica existente en la provincia. Documentó la existencia de casi setenta plantas que están prohibidas por su toxicidad. Entre ellas, está el estramonio, una de las más comunes, no solo en Jaén, sino en toda la Península Ibérica. “Suele crecer junto a los arroyos, en los suelos húmedos y en las zonas más calurosas”, explica. Es fácilmente reconocible: sus flores tienen forma de campanilla y su fruto es una especie de nuez verde y espinosa.
El consumo del estramonio, que se suele tomar en infusión y, en menor medida, se fuma, es prácticamente nulo. Su comercialización y venta están prohibidas desde 2004, debido a su alta toxicidad. Sin embargo, es una hierba muy fácil de encontrar ya que crece en cunetas, escombreras, huertos y descampados. Incluso se puede comprar por internet.
Heredó su nombre del antiguo “estremonia”, que significa magia o brujería. De hecho, los hechiceros se valían de esta hierba de atractivas flores blancas para provocar alucinaciones. Sin embargo, en dosis mayores, además del delirio, también provoca espasmos, insuficiencia respiratoria y colapso vascular. Es el estramonio, también conocido como “la trompeta del ángel”, “la hierba del demonio” o “la higuera loca”. El poder letal de esta planta se halla en sus semillas, donde se dan las más altas concentraciones de alcaloides como la atropina, escopolamina y la hiocinamina. Se trata de agentes que penetran en el sistema nervioso central y el nervioso periférico y, literalmente, los ponen “patas arriba”. Por debajo de los cuarenta miligramos, cualquier dosis de estas sustancias basta para provocar convulsiones y delirios en el sujeto que las ingiere. A partir de esa cantidad, el peligro de muerte es cierto, pues el sistema se colapsa por el efecto de los tóxicos por todo el organismo.
La Guardia Civil no tiene constancia de la existencia de esta planta en la provincia. Tampoco han trascendido casos por intoxicación por estramonio en los últimos años, ni tampoco con plantas similares. Lo más parecido se registró en 2005 en Bailén, cuando un joven sufrió lesiones gravísimas tras ingerir una botella que contenía amoniaco. Dos hombres, que fueron castigados con penas de prisión, llevaron el líquido a una fiesta para quemar droga en un papel de aluminio. La víctima pensó que el recipiente contenía agua y bebió, sin que ninguno de los dos hiciera nada por impedirlo. Se arrasó el esófago.