Espido Freire presenta 'La flor del norte'

Espido Freire rescata la voz de la princesa Kristina  Haakonardóttir, hija del rey de Noruega y esposa del infante de  Castilla, don Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio, en su nuevo  libro, 'La flor el Norte' (Planeta). Sus páginas suponen la primera  incursión de la autora en la novela histórica y el descubrimiento de  una mujer misteriosa, profunda y bella, dentro de una corte estricta  y hostil.

    12 ene 2011 / 17:54 H.

    Kristina Llegó a España desde Noruega para casarse con don Felipe  y Espido Freire se ha trasladado hasta Covarrubias (Burgos) para  presentar su nueva novela junto al "espíritu" de la princesa Noruega,  según ha explicado la autora en una entrevista con Europa Press.

    La llamaban la 'flor del norte' o el 'regalo dorado' pero para  Espido Freire la princesa noruega es un personaje "fascinante" y una  mujer misteriosa, que terminó muriendo "muy joven" y "lejos de su  casa".

    La idea de escribir esta novela llevaba en su cabeza casi diez  años, cuando un amigo le mostró al personaje tras enviarle una  fotocopia con su historia. Contada en primera persona, el libro es el  relato de una mujer que tiene que aprender a ser fuerte para  sobrevivir dentro de una estirpe estoica e implacable.

    Para ahondar en su vida, la autora --que debutó como escritora en  1998 con su novela 'Irlanda', premio Millepage,-- ha tenido que echar  mano de la ficción y novelar su historia, ya que pocas son las  fuentes y los documentos históricos que hablan de esta princesa que  tuvo que abandonar a su familia y su país para formar parte de la  corte de Castilla.

    LA CRONICA DE UN LINAJE
    El relato de Kristina va tejiendo paso a paso la crónica de todo  su linaje, comenzando por su bisabuelo Sverre, el primer gran líder  del clan birkebeiner y que arrebató el trono al rey comenzando así  una estirpe legendaria. Un hombre educado por la iglesia que terminó  excomulgado por no dejarse manipular.

    En sus páginas, Espido Freire (transformada en la princesa  noruega) nos habla de la fuerza guerrera de los birkebeiner, su  pueblo, de sus comienzos y su afán por sobrevivir, por reproducirse,  por escapar de la muerte y de la extinción. 

    En este sentido, Espido Freire explica que lo más complicado del  libro ha sido construir la voz de esta mujer, varios siglos después.  "No me gustaba la imagen que había de ella de que era un ser frágil,  de pelo rubio, guapa y melancólica. Ella fue una superviviente que  llegó a una Corte hostil".

    Durante el relato de su vida, Kristina recuerda a su hermana  Cecilia viuda y vuelta a casar, perdida en el mar tras su segundo  matrimonio o la muerte de su hermano Sigurd, ahorcado por amor tras  la muerte de Cecilia. 

    También habla de Felipe, el infante quien desde la noche de bodas  yace en su cama junto a ella sin cumplir el mandato 'divino' de  intentar procrear hijos. "Y la culpa recayó sobre Kristina", ha  apuntado Espido Freire.

    "No he sido capaz de inventarme a Kristina, la novela es ficción y  está admitida la mentira y el desliz", precisa esta escritora, quien  también se ha permitido "licencias" en el lenguaje para llegar al  lector.

    "Me gustaría haber creado un personaje que te atrapa en lo  literario y jugar con el lector, de manera que al final de la novela  descubra que todo es otra historia, distinta a lo que parecía",  señala la autora, premio Planeta con su obra 'Melocotones helados'  (1999), con la que obtuvo también el 'Qué Leer' 2000 a la mejor  novela española. 

    REDUCIR HECHOS HISTORICOS
    Respecto a las cruentas guerras civiles que asolaron Noruega en  esa época, Espido Freire asegura que ha intentado "reducir los hechos  históricos" y "simplificar al máximo" el relato, pero añade que tenía  que "contextualizar la historia" para que el lector entendiera "por  qué se había depositado la esperanza en la generación de la  princesa".

    Por contraste, Kristina llega a una corte "falocéntrica" y  "deudora del Reino de Aragón" y "en constante pelea", explica la  autora, quien resalta el contraste que vivió Kristina al llegar a  España y lo asemeja a la historia de 'Un burka por amor'.

    En este sentido, alega que en nuestra época y en las novelas en  amor está "sobrevalorado", mientras que la princesa noruega sólo se  planteaba el "deseo y la obligación" o el deber, al pertenecer a una  familia regia.

    "Kristina no tenía nada claro qué significaba amar; le habían  dicho que tenía que supeditar lo que sintiera", explica Espido Freire  muy cerca del lugar de Covarrubias donde se erige una escultura en  honor de la princesa noruega.

    "Hace sólo una décadas se encontró el cadáver de Kristina. Lo que  queda de ella está aquí, su espíritu. Este pueblo ama a Kristina y  cada año se le dedica una ofrenda floral y un festival", afirma. La  princesa acabó a aquí y Espido Freire tenía que empezar el viaje  promocional de su nuevo libro en esta villa medieval llamada  Covarrubias.