Entrevista. Nani Gutiérrez: 'Luchamos porque no se nos viese como un bicho raro'

La presidenta de la Asociación Mixta de Personas Divorciadas, Separadas o Viudas La Vida Sigue, desde la creación del colectivo, hace ya diecisiete años, ahora considera que llegó la hora de dar paso a las nuevas generaciones para que estas puedan aportar las ideas más actuales.

    14 sep 2009 / 09:37 H.

    Nani Gutiérrez, presidenta de “La Vida Sigue”, luchó porque las personas divorciadas, separadas o viudas encontraran el apoyo suficientemente para no sentirse solas. Después de más de diecisiete años de trabajo, decidió retirarse. Ahora, recuerda la importante labor que llevó a cabo el colectivo.
    —Ha estado al frente de la asociación casi dos décadas. ¿Por qué decidió retirarse?
    —Por compromisos familiares y porque creo que ya he cumplido mi etapa en la asociación. En estos diecisiete años he luchado constantemente por los fines que me propuse desde un principio y creo que se cumplieron. Ahora, es necesario dejar paso a gente joven, con más iniciativas. Las ideas que ahora se tienen no son las que yo ofrecía en su tiempo, y no me siento capaz de asumirlas. Por eso, daré paso a personas con nuevos proyectos, que están en sintonía con la forma de pensar de los jóvenes.
    —¿Cuándo hará oficial su retirada como presidenta?
    —Convocaré las elecciones el próximo mes y no me presentaré, por lo que serán otros quienes dirijan el rumbo de esta asociación.
    —¿Cómo recuerda su paso por “La Vida Sigue”?
    —Hemos luchado por que las personas divorciadas, separadas o viudas encuentren en esta asociación a su segunda familia. Desde un principio, nos ayudábamos los unos a los otros. Creo que nuestra labor ha sido muy importante. Por ejemplo, participamos en el proyecto de elaboración de la actual ley del divorcio y quisimos hacer ver que no somos ningún bicho raro. En este tiempo, además, hemos contado con la ayuda de los organismos oficiales y de los medios informativos.
    —¿Qué es lo que más destacaría?
    —Destacaría el calor humano de la gente que hemos vivido en esta asociación y que, gracias a ella, empezaron un nuevo camino. También resaltaría nuestra lucha por concienciar de que la violencia de género no hay que tolerarla y que no hay que tener miedo por separarse cuando todo vaya irremediablemente mal, aunque sea un trago bastante duro para la persona.
    —¿Y qué es lo que ha cambiado en todo este tiempo para que usted decida marcharse?
    —Cada vez nos interesa menos el tema reivindicativo. Por este motivo, considero que llegó la hora de descansar y de dedicar parte de mi tiempo a mi pareja, mis hijos, mis nietos y, en definitiva, a mi familia. Me quedo con la satisfacción de haber estado en el momento oportuno cuando han solicitado mi ayuda. La verdad es que me da bastante pena, pero creo que cada persona tiene su etapa y yo ya he cumplido con la mía en la asociación.
    —¿A los divorciados o separados se siguen viendo actualmente como “bichos raros”?
    —Por suerte, la sociedad está cada vez más concienciada de lo que significa y supone una separación o un divorcio y empieza a verse como algo normal. Esto no ocurría hace diecisiete años. En aquellos tiempos, este colectivo necesitaba ayuda para superarlo y para verse apoyada y esa fue una de las misiones de esta asociación.
    —¿Se despide definitivamente del colectivo?
    —No. Seguiré como socia, pero pasaré a un segundo plano. Sin embargo, estaré ahí en todo momento para ayudar a quien coja el mando y para colaborar siempre que me necesiten.
    —¿Cómo ve su nueva vida?
    —Me dedicaré a mi pareja, a la que he tenido en estos años un poco olvidada. Quiero disfrutar de mi familia y creo que es lo mejor para todos.
    Silvia Ruiz Díaz / Jaén