EMPRESA: Jamones Martínez, artesanos del buen yantar

Experiencia, dedicación, progreso, calidad y un equipo humano de gran excelencia hacen de los jamones Martínez uno de los mejores manjares del mundo. Una empresa familiar de raíces jiennenses que, desde hace más de seis décadas, deleita los paladares más exquisitos de ámbito internacional.

    21 ene 2010 / 20:20 H.

    Hijos de Felipe Martínez es una de esas empresas que impregnan de identidad la economía jiennense. Con una base eminentemente familiar, la firma nació en 1948 y, hoy en día, ya va por su tercera generación. Combina a la perfección la tradición y el trabajo artesanal con el progreso constante. Su única finalidad no es otra que ofrecer a España y al mundo entero uno de los manjares más exquisitos con la máxima calidad. Y es que sus productos se miman hasta el punto extremo desde el primer día. El proceso de elaboración de este pernil, y del resto de ibéricos, parte de una intensa y cuidada tarea de selección de la carne de cerdo blanco de crianza. De hecho, procede de los mejores criadores y mataderos homologados de acuerdo con las exigencias de los controles de calidad. Un seguimiento diario y una vigilancia constante permiten a la compañía diferenciarse de sus competidores. Jamones Martínez no es sólo marca de excelencia alimenticia sino, también, de progreso y proyección económica.

    No en vano, en la actualidad cuenta con cincuenta puestos de trabajo directos y genera otros cuarenta indirectos. Su facturación es de catorce millones de euros anuales, de los cuales doscientos mil se derivan de las exportaciones. Sin duda, una locomotora perfectamente engrasada con el componente familiar como principal motor. Así lo recuerda uno de los propietarios de la segunda generación, José Martínez, que evoca, con nostalgia, la fecha en que sus padres crearon la marca. Ahora le toca a la tercera generación, formada por cuatro mujeres, seguir un negocio próspero que pone en alza el nombre de Jaén.