Emigración al campo francés
Más de 3.400 jiennenses estarán entre 20 y 25 días en la vendimia francesa. Los primeros temporeros comenzaron a emigrar hasta el país galo para recoger una cosecha que se adelantó como consecuencia de la sequía de los últimos meses. Ayer partieron 4 autobuses desde Valdepeñas y Alcalá.

Los campos del sur de Francia comienzan a llenarse de temporeros españoles que, atraídos por las buenas condiciones económicas y laborales, buscan una oportunidad en la recogida de la uva. Los primeros autobuses de jiennenses comenzaron a salir hace algunos días y, ayer, ese movimiento se incrementó. Según los datos de la Unión General de Trabajadores (UGT), unos 10.400 andaluces se desplazarán hasta el país galo, de los que 3.450 serán de la provincia. La cifra, por lo general, aumenta con respecto a temporadas anteriores. “Hace unos años era difícil encontrar a trabajadores españoles que se quisieran desplazar a Francia, porque estaban en sectores productivos donde se ganaban buenos sueldos. Hoy en día, personas con una gran formación, con estudios superiores, quieren participar en esta campaña porque no existe otra opción y no encuentran otro empleo”, señala el secretario del sector Agrario Forestal de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de la UGT en Andalucía, Sebastián Marín, en un comunicado.
Los primeros vendimiadores partieron el 20 de agosto y los eventuales estarán en Francia entre 20 y 25 días, según la producción y la explotación en la que se encuentren. Se marchan satisfechos. Saben que la jornada laboral en el lugar de destino es de 35 horas a la semana y que, si se superan, se cobran bien las horas extraordinarias. En cuanto al dinero que ganarán, dependerá de la categoría profesional para la que sean contratados —cortadores, vaciadores o porteadores—, pero nunca podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional de crecimiento, que se fija en 9 euros por cada hora o 1.365 euros al mes, si se tienen en cuenta las 35 horas —que se reparten en 7 días—.
La tradición de acudir a la vendimia se mantiene en municipios como Valdepeñas de Jaén. En estos momentos, sus vecinos celebran las fiestas en honor del Santísimo Cristo de Chircales, pero tuvieron que emigrar antes de lo previsto. Ayer, 2 autobuses, con unos 100 ocupantes, comenzaron su recorrido, que los llevará a la vendimia francesa. Esa emigración será mayor en los próximos días. La semana que viene será el “golpe fuerte” y se prevé, como es habitual, que unos 1.500 valdepeñeros abandonen por unas semanas su municipio para recoger la uva. También ocurre en Alcalá la Real, donde unas 80 personas partieron en otros 2 vehículos. De igual modo, está previsto que pronto acudan hasta las fincas del país vecino temporeros de Castillo de Locubín, Arjonilla o Jabalquinto, entre otros municipios jiennenses.
Este año, sin embargo, la cosecha viene más adelantada de la cuenta. La razón: la sequía del verano, que obligó a emprender un camino antes de lo planeado. En los últimos meses llovió muy poco en Francia y, después, cayó una tormenta, acompañada de granizos, que hizo temer lo peor. Según los expertos, como consecuencia de estas condiciones meteorológicas la uva se daña y, para que no se pudra, es preciso recogerla lo más rápido posible. Esta tarea ya ha comenzado.
Los recuerdos de toda una vida 'en la uva'
Francisco Moreno fue en 1973, por primera vez, a la vendimia francesa. Este vecino de la aldea alcalaína de Ermita Nueva repitió durante varias décadas y de cada temporada guarda muy buenos recuerdos. Ahora, recomienda a los trabajadores que acudan “a la uva”.
Francisco Moreno Cucharero reside en la aldea alcalaína de Ermita Nueva. A sus ochenta y siete años todavía guarda los buenos recuerdos de los cerca de cuarenta años que trabajó en la vendimia francesa. Añora aquellos momentos en los que viajaba, con su mujer, hasta el sur del país galo, en el que pasaba “unos veinte días” de mucho esfuerzo, pero también de recompensa. “La primera vez que estuve allí fue en 1973. Aquello estaba muy bien, sobre todo porque servía para ganar un dinero, sin tener que pagar los gastos de la comida o de los desplazamientos”, señala.
El alcalaíno, sin embargo, se resiste a dejar atrás aquellas vivencias y aquel trabajo y se convirtió, con el paso del tiempo, en una persona muy conocida por los vecinos que cada año, por septiembre, acuden a la campaña de recogida de la uva. Son muchos los que van para pedirle consejo y para solicitarle “ayuda” para que les encuentre un hueco y viajar hasta Francia cada temporada. “Mi sobrino es el encargado de una finca y todos los años le envío gente de Alcalá la Real, aunque también van de otras aldeas, especialmente de Mures, y de municipios como Frailes, Castillo de Locubín, Fuente Vaqueros (Granada) o Lucena (Córdoba)”, especifica este vecino, natural de Ermita Nueva. “Yo los suelo recomendar. A Francia va gente que repite desde hace veinte años y que tienen mucha experiencia o muchachos jóvenes que necesitan el trabajo”, dice.
Francisco Moreno también rememora los días de trabajo en la vendimia francesa. “A las ocho de la mañana, los temporeros ‘se agarran’ a trabajar, hasta las doce del mediodía, que es la hora de comer. A la una y media de la tarde, de nuevo comienza la faena, hasta las cinco y media de la tarde”, indica, y dice recordar con “mucho cariño” a las personas con las que trabajó durante tantos años, la amabilidad de los empleados y el buen trato que recibió de los jefes. “Algo que también es muy bonito sucedía cuando terminábamos la temporada en Francia. Se organizaba una fiesta de despedida en la que incluso traían camareros de un hotel. Era el remate. Comíamos, reíamos y al que le gustaba el baile, bailaba”, concluye el ermiteño.