Elvira Lindo desentraña la historia de su obra Lo que me queda por vivir

Diana Sánchez /Jaén
Feliz y con ganas de contar la parte que no se puede leer en su última novela Lo que me queda por vivir, Elvira Lindo desentrañó las páginas del libro ante sus lectores jiennenses. Un encuentro organizado por el Centro Andaluz de las Letras dentro de la programación Letras Capitales.

    08 oct 2010 / 09:00 H.


    “Lo mejor del libro son las opiniones que me están dando los lectores de él”, dice orgullosa Elvira Lindo sobre su última novela Lo que me queda por vivir. Y es que, además del contacto continuo que mantiene con sus lectores a través de internet, la escritora-madre de Manolito Gafotas también se acerca a su público por medio de iniciativas como las del Centro Andaluz de las Letras, en la que la autora profundizó en la historia y personajes de su obra. “Siempre es algo interesante. Ves a un público cercano y por otro lado distinto de una provincia a otra. De pronto hay preguntas que se repiten o que no te hacen en la vida. Es interesante encontrarse con los lectores de mi libro”, comentó.
    Así, ante una sala llena de admiradores de la pluma de Lindo, la escritora fue presentada por el redactor jefe de Diario JAEN, José Manuel Serrano Alba, quien hizo una lectura personal de la novela como anticipo a la ronda de preguntas. “La fuerza de este libro reside en ser capaz de entrar en esos terrenos pantanosos de las emociones y mostrar nuestras debilidades, aprender a vivir con ellas y si se quiere, también, a afrontarlas”, reflexionó el periodista sobre el cuidado que tienen los adultos en ocultar sus emociones, como le ocurre a Antonia, la protagonista del libro de la gaditana.
    En sus contestaciones, Elvira Lindo dejó clara su gran satisfacción la novela, especialmente porque no fue un trabajo sencillo. “Me llegué a bloquear en ocasiones y siempre encontraba excusas para aparcarla. Creo que fue por la dificultad que me suponía escribirla”, confesó la autora.
    En cuanto a la chispa que encendió la mecha para que la gaditana concibiera el primer capítulo —Huevo Kinder— con el que dio vida a la historia de la joven madre Antonia y su hijo, Lindo destacó que fue la distancia que experimentó cuando vivía en Estados Unidos. También lo atribuyó a la sensación que tuvo en la creación de un artículo periodístico. “Me encontré con una foto de niña sonriendo y recordé que a los cinco años de hacerme esa imagen, moriría mi madre por una enfermedad”, recordó Lindo como una de las reflexiones personales que la conducirían a la novela.
    Al igual que el vídeo de presentación del libro colgado en su página web, la ilustración de la portada es de Miguel Sánchez Lindo, el hijo de la escritora, quien no sólo aportó esta parte estética, sino que fue su principal muso y crítico. “El niño de la historia está copiado del natural de mi hijo”, confesó la autora. Además, comentó que cuando acabó el texto se lo dio a su marido, el escritor Antonio Muñoz Molina, y a Miguel Sánchez Lindo. “Estaba convencida que le gustaría a Antonio, pero también me importaba mucho la opinión de mi hijo. Al final me aseguró que le había retratado tal cual era”, manifestó en su intervención.
    Lo que me queda por vivir es un cambio dentro de la creación literaria de Elvira Lindo, respecto a sus últimos trabajos. “Somos prisioneros si lo primero que hacemos tiene éxito”, dijo en referencia a su personaje más conocido: Manolito Gafotas. Sobre el cambio de registro la autora fue tajante: “Tengo que hacer lo que me pida el corazón. Cuando abandono una cosa, lo abandono”. Igual de clara y concisa se pronunció ante la noticia literaria del día, el galardón a Mario Vargas Llosa: “Un Premio Nobel en español y a una persona querida y admirada por todos los escritores españoles. ¡Una alegría. Una alegría!”

    Calidad nacional y local en Letras Capitales
    Con una programación literaria en la que se incluyen autores nacionales de interés, el coordinador del Centro Andaluz de la Letras (CAL), Julio Neira, presentó el cartel que compone el programa Letras Capitales para los dos próximos meses. “Lo que siempre se busca es la calidad, sea cual sea la procedencia del autor”, dice Neira. “No sólo se trata de promocionar los grandes grupos editoriales, sino también a los más jóvenes. Neira destacó el libro Peces en la tierra (Fundación Lara) de Pepa Merlo, que será la próxima invitada el día 21, después de Elvira Lindo. Se trata de una publicación que rescata a la poetísas que produjeron su obra dentro de la generación del 27. Otros de los autores que hablarán de su obra es Manuel Rivas, que presentará Todo es silencio (Alfaguara) el 11 de noviembre. Dentro de los escritores locales, 18 de noviembre será el turno de Felisa Moreno, quien responderá a las preguntas sobre su libro Trece cuentos inquietantes (Hipálage). “Cerramos con Salvador Compán porque creemos que es un escritor de primera fila y, además local”, comentó Julio Neira. “Esta es una tierra de estupendos narradores como Antonio Muñoz Molina”, dijo el coordinador del CAL, quien recordó el Premio Luis de Góngora y Argote que recibió el ubetense recientemente y su donación a una asociación cultural de Úbeda para un club de lectura en la biblioteca a la que iba de niño. “Desde el CAL nos parece un gesto emocionante que revela su calidad humana”, indicó.