El uso del compost de alperujo como fertilizante

Al compostar alperujo, este resto procedente de la molienda y extracción del aceite se convierte en un excelente abono y una vía para aumentar la capacidad de la tierra para absorber CO2.

    12 abr 2010 / 16:47 H.

    Así lo demuestran diversos estudios y experiencias que se realizan en olivares ecológicos de toda Andalucía, y que encajan dentro de las medidas favorables al freno del cambio climático y del concepto de agricultura multifuncional de la Unión Europea, que no solamente se refiere a la producción, sino también a la calidad de los productos, a la preservación de los recursos naturales, al uso racional de la energía y a la gestión y el aprovechamiento de residuos y subproductos.
    En ese sentido, es de destacar que el Plan Andaluz de Acción por el Clima 2007-2012 establece unas Medidas de Mitigación de Gases de Efecto Invernadero, entre las que incluye favorecer el compostaje de residuos de la agricultura, silvicultura, acuicultura y sectores ganadero y pesquero, dándole preferencia frente al aprovechamiento energético. Otras medidas que se están tomando son el apoyo a la construcción de plantas de compostaje y promover el uso del compost para aumentar a medio y largo plazo el contenido de materia orgánica en la tierra.
    Respaldo de la Consejería
    La Consejería de Agricultura y Pesca presta asistencia técnica a las almazaras que experimentan, en estos momentos, en compostaje de alperujo para su uso como fertilizante, con el fin de contribuir a que cada vez sean más las empresas del sector que se incorporen a la iniciativa. Así, el número de toneladas de este abono orgánico pasó de las 5.000 en 2007 a más de 45.000 en 2009, cifra que sigue en aumento, dado que en todas las provincias de Andalucía ya existe alguna planta que composta alperujo. También llamado “orujo húmedo de aceituna”, el alperujo es un subproducto que, por su capacidad contaminante de la tierra y del agua, subterránea y superficial, se destina a la “valorización energética”, es decir, se quema en plantas de incineración para producir energía, lo que tampoco termina de resolver el problema medioambiental, ya que un número creciente de estas plantas se ven cuestionadas, debido a la emisión de humos y partículas a la atmósfera.
    De residuo a abono
    Al compostarlo, el alperujo pasa de ser un residuo contaminante a convertirse en una enmienda orgánica, es decir, en un abono. Paradójicamente, el olivar ecológico necesitaba un producto adecuado para fertilizar y enmendar orgánicamente las tierras, lo cual suponía una inversión considerable debido a los precios de estos insumos. Ello, sumado al hecho de que eran los propios molinos o trujales los que debían asumir parcialmente los costes de transportar el alperujo, cuando se hallaban lejos de las plantas de valorización energética, ha hecho que algunas almazaras, con los resultados obtenidos y difundidos por distintos grupos de investigación, iniciaran experiencias previas de compostaje de alperujo, solicitando apoyo a la Administración para implementarlas.
    La iniciativa de compostar el alperujo ha generado el respaldo de la administración agraria andaluza, que desde 2002 presta asistencia técnica en la promoción y seguimiento de estas actuaciones, y que ha creado un Grupo de Trabajo de intercambio de experiencias, con el objetivo primordial de transferir a los interesados la información existente y toda la que se siga generando sobre esta técnica. Asimismo, proporciona apoyo financiero mediante subvenciones con fondos europeos Feader hasta 2013, para construir plantas de compostaje en la comunidad autónoma. Hasta la fecha, la ayuda estaba dirigida a las almazaras para que compostaran su alperujo, pero a partir de 2009 se hacen extensibles a cualquier agroindustria que elabore compost a partir de sus subproductos orgánicos.

    Cómo se composta
    En terrenos propios de las almazaras, se composta en pequeñas o medianas plantas, con una superficie impermeabilizada, generalmente con hormigón armado (tal y como se exige desde la Consejería de Medio Ambiente para prevenir contaminación de suelos y acuíferos). El alperujo se mezcla con la hoja de limpieza de la aceituna, para darle estructura, y se añade estiércol para mejorar su contenido en nitrógeno. Normalmente, se emplea el sistema de compostaje más sencillo: el abierto, con aireación por volteos con pala cargadora. Tanto la pala como los remolques son equipos e infraestructura existentes en la almazara o trujal. Una vez compostado, el destino habitual del compost es incorporarlo en las entrecalles de los olivares asociados a las almazaras.
    A raíz de la puesta en marcha de esta fertilización con enmiendas orgánicas en sus olivares, una almazara de producción integrada que moltura unas 12.000 toneladas/año de aceituna ha contabilizado un ahorro de 120.000 euros en fertilizantes de síntesis y 20.000 euros en fitosanitarios en sus olivares asociados, estudiando la conversión a la producción ecológica de su olivar más joven.