El triunfo del blues pantanoso

Sentar cátedra desde la humildad y la cercanía. No tienen otro secreto que el de mezclar una música de calidad con su disfrute personal. Y así les va. Lo que empezó siendo la unión de un par de amigos para tocar, se ha convertido en algo que les da de comer. Guadalupe Plata es, por méritos propios, una de las  mejores bandas del país.

29 abr 2014 / 22:00 H.

 

Y no solo de España, sino de Europa. No lo digo yo, lo dicen los premios. El pasado mes ganaron el Premio Impala, que reconoce al mejor álbum independiente del continente. Pero a ellos, los premios no les cambian su idiosincrasia: "Nosotros no tenemos nunca la idea de participar para ganar premios. No sabíamos ni que existían estos. Nos han venido casi de rebote. Siempre da felicidad que te den un premio, pero ni nos lo habíamos propuesto", asegura Pedro de Dios, guitarrista y voz de la formación ubetense. Forma, junto a Carlos Jimena -batería-, y Paco Luis Martos -barreño a modo de bajo-, Guadalupe Plata.

Sus orígenes

Fue hace ocho años cuando todo empezó. "Comenzamos como dúo de guitarra y batería, y no pasó ni un año hasta que Paco Luis entró con nosotros a tocar el barreño, el aparato que toca él a modo de bajo. Como se dan mucho las culebras, las piedras y los pantanos, todo eso ha dado lugar a lo que hacemos nosotros, que es mezclar el blues con lo que llevamos dentro, las costumbres de nuestras tierras y nuestras cosas", explica Jimena. Y es que, para ellos, Úbeda es importantísima. Es la base de todo. "De mi tierra echo de menos los ochíos, los ratos en la tetería o en 'El 31'", asegura De Dios. "El hecho de volver a tu ciudad, donde te has criado, es siempre bonito. Yo voy mucho por allí, es una tierra preciosa", asegura Jimena.

No obstante, quien más vinculación tiene con la ciudad de la Loma es Paco Luis Martos que, además, tiene un taller de carpintería artesanal: "Es un poco difícil compaginar la música con la carpintería, la familia u otras actividades. Lo que hago en el taller es delegar en la gente, controlar desde fuera y, ahora, con todo esto de internet y la facilidad al comunicarse, es más sencillo", reconoce. Y es que, este hobby de la artesanía lo ha extrapolado a la música. Martos toca una especia de barreño con el que quiere transmitir una premisa magnífica y romántica: "Lo que pretendo transmitir es un guiño u homenaje al hecho de decir que no se necesita de instrumentos que valgan mucho dinero o de grandes aparatos para la música, sino que la esencia de las cosas tiene solución, que para hacer música tradicional o de la tierra desde el corazón no se necesita de grandes instrumentos", explica. De hecho, actualmente graba con una caja de puros a la que le ha puesto un palo y cuerdas, a modo de guitarra, como la que tenían los negros antes, incluso, de que apareciese el blues.

Ecos del Pantano

Jimena recuerda como su hermano mayor le regaló un disco de Sonni Terry y Brownie McGhee a los dieciséis años como su primer contacto con ese estilo musical: "Nunca había escuchado este blues, y me sorprendió y enamoró". A Martos, por su parte, fue su tío Paco quien le abrió los ojos: "A él le gustaba ese tipo de música, el blues de raíces, y oír la música que él tenía me impactó de una manera espectacular", dice.

Y es que, el blues "arcaico", como dice Pedro de Dios, o el blues de raíces es la base de su estilo, la rama a la que ellos se sienten más apegados: "Nosotros siempre hemos definido nuestro blues como pantanoso, refiriéndonos a lo "arrastrao" de la música. Es muy "enlodada", un blues acelerado y endemoniado, y bueno, la cercanía con la tierra nuestra, que da olivas y pantanos a montón, pues acaba configurando el sonido", expone el batería.

De hecho, una de las cunas de muchos bluseros es Clarksdale, una ciudad de no más de 20.000 habitantes de Mississippi, en Estados Unidos, que acogerá el "Deep Blues Sea" esta edición, donde ya estuvo Guadalupe Plata el año pasado: "Ir a este festival es como un sueño para mí, pues allí han tocado muchísimos bluseros vivos que son referentes para mí"; expone el guitarrista.

Fue precisamente en este país donde el grupo grabó su último  y homónimo álbum en 2013: "El disco fue grabado en tres días en Austin, en el estudio de un amigo, con unas pocas tomas de cada canción y luego eligiendo la que nos gustaba, para luego mezclarlo en Málaga. Mike Mariconda fue, un poco, el ingeniero de la mezcla. Ha sido una sorpresa ver la repercusión que ha tenido el disco", dice De Dios. Y es que, además del citado "Impala", ha tenido más galardones, como el "Ojo Crítico", de RNE.

Antes de la cita en Mississippi, que será en octubre, Guadalupe Plata dará un sinfín de conciertos. El más próximo en Madrid, aunque van a viajar por buena parte del globo terráqueo: "Nosotros tocamos todos los fines de semana, que es la manera que tenemos de ganarnos la vida. Hace un mes estuvimos en México, en agosto vamos a Bogota, quizá Uruguay, probablemente México, de nuevo, y ahora están saliendo cosas por Munich", apostilla Jimena. Actualmente, los tres componentes se encuentran grabando en el estudio que Pedro Cantudo tiene en Andújar.

Un sinfín de vivencias

Recuerda con nostalgia Paco Luis Martos como se unió a la banda tras verlos actuar en la Plaza de Toros. Pero, este trío de amigos, ha vivido un sinfín de anécdotas que guardarán para siempre. Y como engarce de estos tres, su furgoneta como testigo directo, donde comparten horas y horas y donde también se cuela su amigo y mánager Toni Anguiano: "La furgoneta es genial, en ella pasa de todo, lo mismo estamos hablando y no hay música, o uno está dormido o escuchamos Radio Tres, a los hermanos Pizarro, depende del día", asegura el guitarrista.

Se podrían tirar horas y horas contando anécdotas. Nunca olvidarán, por ejemplo, su concierto en el club de alterne de León: "Fue realmente divertido", asevera Jimena, o esos inicios en el mundo de la música, cuando los tres estaban dispuestos a comerse el mundo y no imaginaban hasta donde podía llegar su éxito.

No solo música

Si uno de los hobbies de Paco Luis Martos es su taller, Jimena y De Dios disfrutan con la fotografía y el dibujo, lo que han extrapolado para la imagen y la cartelería o portadas del grupo: "La fotografía es algo que me apasiona mucho. Siempre que puedo hago", expone el batería. "De vez en cuando, si que dibujo, lo hago con tranquilidad y voy compaginando las dos cosas", añade el guitarrista.

Y es que, si todo fuera música, la vida sería monótona. Martos, por ejemplo, anuncia orgulloso que se casa, lo que le produce una alegría e ilusión enorme.

¿Y el futuro qué? Seguir tocando, cada fin de semana, parece ser la fórmula secreta de este exitoso grupo, que actúa como el primer día y que no se lo tiene creído. ¿Cuál es el techo? "Nosotros con este grupo jamás hemos tenido pretensiones, ya desde que empezamos a tocar, con 16 años, hemos estado en la música por el mero hecho de estar, de disfrutar de la música", asegura Jimena. Amén.