El 'sprint' hacia el poder
Hay quien lleva desde que le nacieron los dientes en un continuo entrenamiento diario para poder correr la carrera de su vida y salir airoso del intento. Una preparación dura y necesaria que hace que la meta esté cada vez más cerca en forma de sueño cumplido. Lo que ocurre es que, cuando la pista está llena de obstáculos y el camino repleto de 'chinitas', el 'sprint' final se convierte en toda una odisea y, en algunos casos, el protagonista puede llegar a abandonar antes de tiempo. Existe la posibilidad de terminar la etapa con los pies doloridos y el alma encogida. En cualquier caso será difícil salir indemne del intento. Y eso que se da a diario en la sana práctica deportiva se repite en el devaluado ejercicio político.

La ardua situación económica y financiera que vive la capital es el obstáculo principal que, por un lado, impide al equipo de Gobierno del Partido Popular lucirse en la legislatura con más concejales de su historia y, por otro, permite que la política alcance un estado de conflictividad que aburre al ciudadano. El Partido Socialista, mayoritario en la oposición, llega al ecuador del mandato con las manos vacías y tocado por las heridas que dejó el ajetreo interno. Y la coalición de Izquierda Unida, abanderada por la soledad de Isabel Mateos, se ve fortalecida por otra crisis, en este caso la del bipartidismo.
Mañana, engalanada la ciudad de fiesta, empieza el “sprint” hacia un final de mandato que abrirá la puerta a las elecciones. Una difícil carrera en la que los atletas de la política, unos más entrenados que otros, se afanan por estar en la línea de salida para coger ventaja. Las estrategias de unos y otros comienzan a ponerse sobre la mesa, sin aspavientos, para no dar pistas al enemigo. La diferencia de los signos dificulta la coincidencia. Sin embargo hay algo en lo que todos están de acuerdo: queda un año de trabajo —de gobierno o de oposición— y otro de preparación hacia las urnas.
El Partido Popular, con José Enrique Fernández de Moya a la cabeza, tiene engrasada la maquinaria para castigar a los que tiene enfrente con aquello de la “herencia” y, sobre todo, para intentar que los proyectos pasen de la teoría a la práctica y del papel al movimiento de tierras. Avisa a navegantes de que en su primera legislatura al frente del Ayuntamiento no cabe cortar cintas, sino colocar a tiempo y en el lugar exacto las grúas. Al menos para que se vean. De sus palabras se deduce que repetirá como candidato a la Alcaldía, una valiente decisión, en tiempos revueltos, que deja en manos de su familia y su partido. Hay quienes dicen que es uno de esos “atletas” que se quedarán en el camino con la excusa perfecta de la llamada de la política nacional a la que es imposible dar la negativa por respuesta. Un “rumor” que considera infundado y perverso.
El Partido Socialista, con María del Mar Shaw al frente, aprovechará el tirón final para reforzar la labor de oposición con la obligada connivencia de la agrupación municipal. También existen miradas que la ven fuera del Ayuntamiento cuando empiece el proceso de primarias, en torno al otoño, con la finalidad de dar protagonismo al candidato, el sueño de unos cuantos al que, definitivamente, podrá aspirar uno. Llegado el momento, y después de las tensiones que se avecinan, las apuestas personales darán paso a la disciplinada decisión de cerrar filas, todos unidos, en torno al candidato.
La portavoz de Izquierda Unida, Isabel Mateos, no cejará en su empeño de situarse al lado de las víctimas de esta asfixia económica y de los más débiles para endurecer la oposición y dejar buen sabor de boca. Porque ella, que pertenece a un partido amante de la renovación, se despedirá tras ocho años de sonrisas y lágrimas. Así está el patio.
Con la mirada puesta en los sondeos
Las encuestas no son quinielas, pero sí escrutinios de la opinión pública que marcan las tendencias políticas de los pueblos y las ciudades. Cuando una sociedad está “tocada” por tan galopante crisis como la actual es habitual que los partidos políticos sometan a la población a los tradicionales sondeos para que los números corroboren lo que se percibe en la calle. Una encuesta interna que el Partido Popular tiene en sus manos revela la pérdida de un concejal en el Ayuntamiento de la capital y un acusado descenso del Partido Socialista. Sale bien parado el grupo de Izquierda Unida, que remonta, y no se atisba la entrada de otra fuerza minoritaria.
Bloc de notas
-La reelección del líder de Izquierda Unida en Andalucía está a la vuelta de la esquina. Será el próximo día 14 cuando la coalición someterá a votación la candidatura de Antonio Maíllo, seleccionado bajo el paraguas del Partido Comunista de Andalucía para sustituir a Diego Valderas. Este cordobés de Lucena, que sabe latín, griego, inglés e italiano, tiene sus raíces maternas y paternas en la Sierra Sur. Y la alcaldesa de Alcalá la Real, Elena Víboras, se frota las manos ante la posibilidad de contar con “un paisano” con tentáculos en el Gobierno de Andalucía, porque hay que tener amigos hasta en el infierno para lograr aquello de la discriminación positiva.
-El PP de Torredelcampo quiere cerrar filas en torno a la que fuera la secretaria general, la dimisionaria Lina Garrido, que no dejó títere con cabeza en el discurso con el que se despidió. Cree un hecho aislado el revuelo orquestado.