El robo del año se gestó en Jaén
Rafael Abolafia/Jaén
El atraco a una joyería de lujo de Puerto Banús, considerado el robo del año, se fraguó en Jaén. Al menos, así lo cree la Policía. De hecho, cinco de los once detenidos por esta operación tienen vinculación directa con la provincia, entre ellos uno de los tres presuntos autores materiales y el vigilante de seguridad que dio la información.La investigación policial, que está prácticamente concluida, ha puesto al descubierto cómo se gestó el espectacular robo en El Corte Inglés de Puerto Banús, perpetrado por tres delincuentes armados en la tarde del domingo 18 de noviembre, cuando el establecimiento estaba cerrado al público. Se llevaron un botín de más de cuatro millones de euros en joyas. El golpe duró tres horas con todos sus minutos.

El atraco a una joyería de lujo de Puerto Banús, considerado el robo del año, se fraguó en Jaén. Al menos, así lo cree la Policía. De hecho, cinco de los once detenidos por esta operación tienen vinculación directa con la provincia, entre ellos uno de los tres presuntos autores materiales y el vigilante de seguridad que dio la información.La investigación policial, que está prácticamente concluida, ha puesto al descubierto cómo se gestó el espectacular robo en El Corte Inglés de Puerto Banús, perpetrado por tres delincuentes armados en la tarde del domingo 18 de noviembre, cuando el establecimiento estaba cerrado al público. Se llevaron un botín de más de cuatro millones de euros en joyas. El golpe duró tres horas con todos sus minutos.
Trabajaron con tranquilidad, sin prisas ni improvisación, con una absoluta libertad de movimientos que demuestra conocer al detalle los secretos de la seguridad del centro. La Policía sospecha desde el primer momento que la banda tiene alguien dentro. El empleado infiel es el jiennense José T. P., uno de los tres vigilantes de seguridad que trabajaba aquella tarde en la joyería asaltada y que, según los investigadores, franqueó la entrada a los ladrones.La Policía estima que el empleado, residente desde hace años en la Costa del Sol, está pasando por apuros económicos. Hace unos meses, se encontró con un viejo amigo de Jaén. Se trata de Leandro Iván M., un argentino residente en la capital. Ambos se conocen desde hace años, cuando compartían trabajo como portero de discoteca. Presuntamente, el argentino tienta a José T. P. Le cuenta que, junto a otros conocidos, están pensando dar un gran palo y que se ha acordado de él por su privilegiada posición en el centro comercial de Puerto Banús. Le vende un plan milimétrico, tan perfecto como el de las películas que dejaría a la Policía con la boca abierta. Finalmente lo convence y con su ayuda sacan punta a la planificación.La banda da el palo el día 18. Todo sale a pedir de boca. El empleado infiel, que está en prisión, aporta los datos necesarios para que los atracadores no tengan problemas y se lleven las joyas más valiosas. Incluso, les facilita la ubicación del disco duro en el que se almacenan las imágenes de las cámaras de seguridad del establecimiento. Uno de los presuntos autores materiales es Leandro Iván M. La Policía vigila especialmente al vigilante jiennense, que se dio de baja médica tras el robo. Saben de sus antecedentes y le ponen la lupa: movimientos, contactos, vida social... Sin embargo, nada lo delata. La investigación apenas avanza, pues los atracadores no mueven ficha a la espera de que pase el temporal. Y es aquí donde entra en juego el factor suerte: la policía intercepta, el 21 de enero, a tres hombres que viajaban en un vehículo. Llevaban un reloj y varias piezas de joyería desmontadas, de las que no supieron explicar su procedencia. Coincidían con algunas de las robadas en Marbella. A partir de ahí la investigación entra en una nueva fase con “pinchazos” telefónicos y seguimientos.Más información en nuestra edición impresa.