El pleno de Pegalajar debate el plan especial de protección de la huerta

“Lo que se pretende—explica la alcaldesa, Manuela Aranda— es liberar Pegalajar de la excesiva protección que tiene. Que queden protegidos los elementos arquitectónicos y los espacios de interés, como la Charca, la laguna, la huerta y los lugares históricos, pero que se libere la edificación y se rija no por un plan especial, sino por unas normas subsidiarias, como en cualquier población”. Hoy por hoy, en determinadas zonas de Pegalajar, la construcción está limitada a inmuebles de una sola planta y “hay muchas obras paradas” que —según la alcaldesa— respetan las normas subsidiarias, pero chocan con la catalogación de “Lugar de Interés Etnológico” del conjunto de la Fuente de la Reja, la Charca y la Huerta. Y la consecuencia es el “malestar de constructores y vecinos”.

Los intentos por hacer compatible el desarrollo urbanístico de Pegalajar con la conservación de su patrimonio histórico y natural se remontan a 2002. Entonces, el Ayuntamiento —regido por Alonso Cueva (IU)— recibió una ayuda de 90.000 euros de la Consejería de Cultura para la elaboración de un Plan Especial de Protección, pero el proyecto quedó en el aire con el cambio de Gobierno local, que, en 2003, pasó a manos de los socialistas de Mercedes Valenzuela. La última vez que, en Pegalajar, se oyó hablar del Plan Especial fue el 21 de junio de 2007. En un bando de Alcaldía     —indica Cristóbal Cobo, de IU—, se informaba de su aprobación inicial y de su exposición pública. Recibió 150 alegaciones. “El principal requerimiento fue que se protegiera el derrame permanente de agua en la Fuente de la Reja y que se desligara el suelo urbano de la protección de la huerta”, explica Cobo, que desconoce el plan provisional, aunque —según los técnicos— plasma “la mayoría de las alegaciones”. La alcaldesa destaca que la aprobación de este documento es esencial para del desarrollo del futuro PGOU. Nuria López Priego /Jaén