El objetivo de los piquetes se centró en parar a las grandes empresas

E. Alonso / I. Bueno (Jaén)
La huelga no paró todas las empresas de la capital, pero sí las más importantes. Jaén tuvo, ayer, más aspecto de domingo que de miércoles debido a la movilización. No había obreros del tranvía, se podía aparcar fácilmente en el centro y, casi, desaparecieron los atascos. Las calles de Los Olivares estaban desiertas. 

    30 sep 2010 / 09:48 H.

    La huelga comenzó dos horas y media antes. De hecho, a las nueve y media de la noche, un piquete de más de doscientas personas esperaba en la puerta de Cuétara para informar a los trabajadores del turno nocturno que había huelga y convencerles para que no pasaran a la fábrica. Lo hacía delante de las dos puertas de entrada, por lo que los camiones no podían entrar y salir —sólo se marchó uno que argumentó que iba vacío y rumbo a la cochera—. Algunos empleados de la fábrica sí entraron, aunque lo tuvieron que hacer escoltados por la Policía Nacional y Local, que desplegaron un importante dispositivo. Mientras, los piquetes le decían: “Si quieren, te van a despedir igual”, “mientras que tú trabajas, nosotros no cobramos por defender también tu empleo” o, simplemente, “traidor”, eran algunos de los mensajes con los que les increpaban. Hubo tensión, pero ningún incidente.

    Las “batallas” duras se libraron en Los Olivares y en los puntos de salida de los camiones del servicio de la limpieza. Fue a partir de las doce de la madrugada. En el polígono, los piquetes presionaron para que no entrara nadie en MercaJaén, con el fin de paralizar el reparto de alimentos frescos. En las inmediaciones, ardieron dos contenedores y en la puerta saltaron “chispas” con la Policía Nacional, que desplegó un importante dispositivo.  Sobre las tres y media de la madrugada los manifestantes mantenían “barricadas” y el ambiente era tenso. Sin embargo, tampoco hubo incidentes. En cambio, hubo más tensión en la salida de los camiones de la limpieza de FCC, donde se vivieron momentos en los que se estuvo muy cerca de llegar a las manos. Cuando comenzó a amanecer en Jaén, los contenedores aún seguían llenos, lo que era una prueba evidente de que no funcionó el servicio de recogida de basura ni tampoco se vio a los barrenderos.

    Por su parte, la cooperativa farmacéutica Jafarco redobló, durante la madrugada, el servicio de vigilancia para evitar problemas en la distribución de fármacos. Los piquetes no llegaron a intervenir en ningún momento en estas instalaciones. 

    presión. A las seis de la mañana, los sindicalistas volvieron a Cuétara para asegurarse de que la planta de galletas seguiría parada al evitar la entrada del turno de la mañana. La fábrica de cerveza de Cruzcampo tampoco funcionó, según informan los sindicatos, a primera hora de la mañana se produjeron unos momentos de tensión para evitar que los camiones entraran y salieran. Las carreteras y las vías de acceso a la capital tenían menos camiones que nunca y el servicio postal casi no podía arrancar porque hubo problemas para que llegaran los vehículos con las cartas. Un autobús urbano tuvo que parar al llegar a la intersección de Virgen de la Cabeza con la Avenida de Madrid porque llevaba las ruedas pinchadas. Sin embargo, los servicios mínimos se restablecieron a lo largo de la mañana.

    Igualmente, durante la madrugada, diversas empresas de transporte discrecional y escolar denunciaron que habían sufrido sabotajes en sus vehículos, ya que los piquetes habían pinchado las ruedas de varios autocares. Esto obligó a dejar en cocheras a la mayoría de la flota.

    Los Olivares mostraban un aspecto desolador. Casi todas las empresas estaban cerradas. No obstante, algunas tenían más coches que una jornada festiva, lo que era una prueba evidente de que había empleados realizando sus funciones, aunque “a puerta cerrada”. A las ocho de la mañana, el aspecto de las obras del tranvía ya dejaba claro que los obreros no se iban a incorporar a la jornada de trabajo. Asimismo, los responsables de la estación de servicio de Los Olivares encontraron pegamento en algunas cerraduras para impedir que se abrieran. 

    Las cámaras de seguridad muestran cómo tres encapuchados hicieron esta faena durante la madrugada. Esta misma jugada se repitió en diferentes oficinas de entidades financieras y en establecimientos comerciales  de la capital. Amanecía en Jaén y se veían ambulancias con grandes carteles en los que se leía: “Servicios mínimos”, solamente estas realizaron traslados durante la jornada. Este periódico se puso en contacto con la centralita de Ambulancias MP que, a media mañana se encontraba saturada de peticiones de vehículos. La oficina de Sevillana Endesa se encontraba cerrada, los bancos y cajas de ahorros estaban cerrados o abiertos, según la zona de la ciudad, y la presencia de piquetes y muchos comercios lucían una pegatina de la huelga general. Asimismo, los parques tenían más jiennenses de lo habitual en una jornada laborable. No salió ningún tren de las estaciones de Adif y las empresas de autocares no garantizaban que se pudieran realizar los traslados. El servicio de transporte escolar también se vio reducido a la mínima expresión. En contraposición, se percibía cierta fluidez y normalidad en la jornada de los empleados de las   administraciones públicas.

    No obstante, aún quedaba otra hora tensa, que era la de las diez de la mañana. Un piquete con decenas de sindicalistas se situó en la puerta de El Corte Inglés. Los trabajadores tuvieron que entrar escoltados por la Policía Nacional y el centro comercial retrasó su apertura. Asimismo, hubo un pequeño altercado en la entrada al aparcamiento cuando un piquete trataba de impedir el acceso de un asalariado que hizo poco por detener su vehículo. Sin embargo, no hubo que lamentar daño alguno. Lo mismo ocurrió cuando el Centro Comercial La Loma intentó abrir sus puertas. Al final, lo consiguió, aunque tarde y con la constante tensión con los piquetes informativos, que no desistían en sus intentos.

    La Policía Nacional mostró un imponente dispositivo, que vigiló el desarrollo de la huelga y situó a agentes en los puntos “calientes”. Sirvió para escoltar a trabajadores cuando se dirigían a su puesto. Asimismo, se vieron vehículos en la Plaza de la Concordia y en las puertas de los sindicatos, ya que allí se organizaban parte de los piquetes. 

    Como curiosidad cabe destacar que UGT convive en el mismo edificio con federaciones empresariales y con la propia Confederación. Ayer, los empresarios sacaron los coches de los aparcamientos que comparten y, además, contrataron a un vigilante de seguridad para que estuviera atento a sus dependencias.