'El Niño Zapatero' ya es centenario

Manuel Jalón /Porcuna
Manuel Ruano Casado, más conocido en Porcuna como 'El Niño Zapatero', celebró su cumpleaños número cien con una gran fiesta preparada por su familia, amigos y vecinos. Una jornada inolvidable en la que recibió el cariño de quienes lo rodean.

    09 jun 2010 / 09:39 H.

    La puerta número 24 de la calle Altozano se convirtió, el pasado sábado por la noche, en una verbena popular, ya que nadie quería perderse la celebración de este singular porcunense. Es muy conocido por su vida entregada al trabajo al lado de su inseparable borriquita y por la donación que realizó, junto con sus hermanas Ana y Dolores, hace unos siete años, de todos sus ahorros a la Iglesia. Con los 48.000 euros guardados, regalaron dos sagrarios de rica orfebrería de plata y oro, uno a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y el otro para el convento de las hermanas del Instituto de Religiosas de San José de Gerona, situado junto a la casa de “El Niño Zapatero”.

    Por todo lo alto. La fiesta del centenario de este popular vecino de Porcuna comenzó en el convento de las religiosas con una misa de celebración en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del que es muy devoto el distinguido. Las “madres monjas”, como él las llama cariñosamente, le dedicaron un sentido escrito, al igual que el sacerdote Diego Millán, que no pudo estar presente. A continuación, en el llanete donde vive, se dispararon cien cohetes y se montó una barra y unas mesas para seguir con la conmemoración. Bebidas, bocadillos y tapas variadas llenaron de bullicio la puerta de “El Niño Zapatero”. Ya de noche, en un escenario preparado, el músico local Josillo le brindó las más populares canciones y coplas, sin faltar el “Feliz cumpleaños” mientras apagaba las velas de una gran tarta. Numerosos regalos recibió “El Niño Zapatero” ese día: perfumes, bombones, camisetas, licores y vinos, entre otros, así como una fotografía con los frescos de Julio Romero de Torres de la parroquia, y unas placas conmemorativas de la cofradías del Nazareno y de la Borriquita, de la que es presidente de honor. Hasta las cuatro de la madrugada duró la sonada fiesta de cumpleaños.

    Austeridad y ahorro pueden definir la vida de “El Niño Zapatero”, que nació en 1910. Es el tercero de los seis hijos que tuvieron Manuel y Sacramentos. Las desgracias pronto llegarían a la familia. En 1918, a causa de una epidemia de gripe, murieron los padres y Andrés, el hermano mayor. Un año más tarde, falleció la hermana más pequeña, Antonia Sacramentos. A partir de entonces, su abuela, Ana Moreno, sería la encargada de criarlo junto al resto de los hermanos. De joven estuvo estudiando en el Seminario de Baeza, aunque pronto se volvió para el pueblo. Trabajó de molinero y en el campo. Durante la Guerra Civil, luchó en el bando franquista en Sierra Mesegara (Extremadura). Terminada la contienda y de vuelta al pueblo, aprende el oficio de zapatero —de ahí su apodo— de la mano de sus maestros Constancio Cabeza y Salvador “Primores”, y a esto se dedicó hasta que tuvo que abandonar el oficio por la llegada de zapatos fabricados en serie. Volvió de nuevo al campo, ahora con una borriquita como compañera inseparable de fatigas, de las que tuvo siete en toda su vida de labriego.

    Soltero y muy religioso, reza el rosario todas las noches y es fiel devoto de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Virgen de la Aurora, de la Borriquita y de los “santos patrones” de Porcuna, San Benito y la Virgen de  . A los noventa años, se quedó solo al morir sus hermanas Dolores y Ana. Desde entonces, “El Niño Zapatero” es cuidado con mimo por su prima Pilar López. Amable, feliz, con sonrisa dulce en la cara, aunque delgado y enjuto, siempre ha tenido una salud envidiable. Dice que el secreto de su longevidad y energía es el agua de la fuente de la Huerta del Comendador, situada a unos dos kilómetros del casco urbano, que nunca ha faltado en su casa.