El jurado condena a dos Pikikis por el asesinato de Antonio Mallarín
Enrique Alonso / Jaén
El jurado popular emitió, ayer, a las ocho de la tarde su veredicto. Diego M. M. y Joaquín M. F. pasarán años en la cárcel después de que fueran condenados por un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas. Las penas son muy duras por disparar para causar la muerte de Antonio Mallarín.

El jurado popular emitió, ayer, a las ocho de la tarde su veredicto. Diego M. M. y Joaquín M. F. pasarán años en la cárcel después de que fueran condenados por un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas. Las penas son muy duras por disparar para causar la muerte de Antonio Mallarín.
Sebastián M. F., de 22 años de edad, hoy está ya en libertad. Ayer, se marchó en un furgón policial camino de la prisión de Arbolote, en Granada. A su lado estaban su padre y su hermano, que tendrán que afrontar una larga condena. El jurado popular, compuesto por ocho hombres y una mujer, consideró que no está probado que, el 3 de febrero, estuviera en la calle El Madroño y dispara contra Antonio Mallarín.
Lleva en prisión provisional desde abril de 2007. Sin embargo, sí que tendrá que responder por un delito de tenencia ilícita de armas, ya que el jurado, en su veredicto, manifiesta que está probado que portara las dos armas que dispararon hasta causar la muerte de Antonio Mallarín. Su defensa dijo en el juicio que las usaba para defenderse ante la “guerra abierta” entre familias gitanas después de esta muerte, que acarreó un tiroteo posterior entre los dos clanes y la desaparición de un familiar de los procesados. Según su propia declaración en el juicio, el hermano de Diego M. M. está muerto como represalia, aunque en los archivos policiales sólo consta la denuncia por desaparición.
Por el delito de tenencia ilícita de armas, del que tiene que responder Sebastián M. F., el Ministerio Fiscal solicita tres años de prisión. Lleva desde abril de 2007, por lo que todo apunta a que no tendrá que volver a la celda. No obstante, ayer, la Policía Nacional lo condujo hasta la cárcel para que se le revisara si tenía otros asuntos pendientes. No constan, por lo que hoy estará en la calle, ya que lleva el auto de libertad provisional, que es el que le permite salir de la prisión hasta que el magistrado dicte la pena por la tenencia ilícita de armas. Pero, como lleva tanto tiempo en prisión provisional, prácticamente, está cumplida. Su abogado pidió un año de cárcel. Sebastián M. F., incluso, dio las gracias al jurado y se puso las manos en la cara cuando sollozaba de emoción.
En cambio, el jurado dictó un veredicto duro contra Diego M. M. y Joaquín M. F. al considerarlos autores de la muerte de Antonio Mallarín. Precisamente, le dieron la catalogación de asesinato, por lo que la condena superará los 15 años. Diego M. M. dijo que disparó en defensa propia, pero el jurado no le ha creído. Tampoco consideró que el tiro lo diera fruto de un impulso o de una obcecación, ya que el insulto “Me cago en tus muertos” no debía de ser respondido con una pistola. Además, desestimó el atenuante de reparación del daño después de que Diego M. M. ingresa dinero en una cuenta. Considera que, como lo hizo dos días antes del juicio, no hay ánimo de reparar, sino voluntad de aliviar la pena.
Por ello, le imputa un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas. La fiscal pidió 18 años por el primero y 2 años y medio por el segundo. La acusación particular, 3 y 2, respectivamente y su defensa, 15 y 1, que es la mínima condena por los delitos probados. El magistrado le dio la palabra y juró, por Dios, que lo hizo en defensa propia. “Tengo 55 años, muchos hijos y soy mayor. La pena es muy alta”, dijo en la sala.
Joaquín M. F. tuvo la misma calificación por todas las partes, salvo la fiscal. Le pide 17 años por asesinato. Diego M. M. reconoció que disparó, pero Joaquín tiene la calificación de asesinato por acompañar a su padre y disparar, pese a que no le dio. Su defensa alegó problemas mentales, ya que estuvo en la Unidad de Salud Mental del Hospital de Úbeda, pero el jurado asegura que lo hizo en plenas facultades.