El “juego” de Jacobo Castellano

Las esculturas de Jacobo Castellano se caracterizan por ser sencillas, simples y desprovistas de ornamentos pero, a la vez profundas y misteriosas.

06 abr 2015 / 15:25 H.

Trabajos “collage”,  “juguetes” que se expusieron y presentaron, por primera vez,  bajo el título Homo Ludens, en la Galería F2 de Madrid.
En ella, el creador natural de Villargordo muestra la evolución de su obra desde que, a finales de los años 90 se dio a conocer como artista. El hogar materno, los escenarios donde transcurrió su infancia, los objetos “inservibles” y desvencijados, al mismo tiempo llenos de vida —”los objetos tienen su biografía”, afirma el autor—, y los recuerdos de la niñez conformaron el magma de su proceso creativo.
Por medio de esculturas, el artista jiennense da rienda suelta a su imaginación y creatividad. Así lo hace en Homo Ludens. Las piezas, donde se mezcla la madera con elementos como la tela, desprovistas de ornamentos encierran, aseguran desde la propia galería, cierto misterio, que invita al espectador a pensar y a hacerse preguntas. “Con frecuencia te sumergen en un mundo de claroscuros, te dejan un cierto sabor agridulce, decididamente no son bonitas, o pueden no serlo, pero a estas alturas sabemos que, en el arte, lo bonito no es sinónimo de bello”, se lee en el texto de la exposición, escrito por el pedagogo José Antonio Delgado,
De las temáticas que conforman su obra —la memoria, lo lúdico, el dolor—, el escultor se decantó, esta vez, por destacar el juego como elemento esencial de la vida, los juguetes como contribución a aprendizajes esenciales, idea transversal en toda la exposición con la que está muy familiarizado pues, no en vano, ha crecido, afirma, en un ambiente donde lo pedagógico ha ocupado un papel relevante. El consolidado artista, licenciado en Bellas Artes y residente en Madrid, utiliza en este proyecto materiales como el papel, el polvo, la madera, el plástico o el jabón. Con ellos juega, los manipula y los ensambla hasta que considera que la obra creada expresa la idea que, previamente, ha diseñado en su mente. Así, en la muestra objetos de uso cotidiano como son los palillos, que se asemejan al juego de “tres en línea”; el polvo se llena de vida para crear un llamativo “cubo de Rubik”. Una de las esculturas más llamativas  evoca a El pelele, uno de los cartones para tapices de Goya.
Pero en el espacio lúdico que conforma la exposición no todo es alegría o divertimento, hay algo más de asombro e inesperado. “En ella, los futbolines que invitan a la diversión no tienen jugadores, la posición del dedo índice de la mano señala castigo, dibujos de la infancia que no tienen nada de risa o de alegría”, señala. Como dice el periodista y escritor Vicente Verdú, “lo divino es el silencio, que lo importante es la nada”. Así es el conjunto de piezas de Homo Ludens y la trayectoria de Jacobo Castellano.