El etarra Zabarte ya está en la calle

Rafael Abolafia / Jaén
A las cinco y cinco de la tarde, Jesús María Zabarte Arregui dio su primer paso fuera de la cárcel de Jaén. Ya como hombre libre, este sanguinario terrorista, con 17 crímenes a sus espaldas, repartió abrazos y sonrisas entre la media docena de familiares y amigos que lo esperaban. Después, mostró un pancarta de apoyo a los presos de ETA.

    21 nov 2013 / 10:03 H.

    Jesús María Zabarte Arregui enfiló el patio exterior del Centro Penitenciario de Jaén, donde está interno desde mayo de 2010. Cargado con un bolso de grandes dimensiones, se paró en la garita, recogió su documentación y pisó por primera vez la calle desde que fuera detenido en junio de 1984. Ha pasado 29 años y medio entre rejas, de una condena total de más de 620 años de cárcel por 17 asesinatos y una veintena de atentados terroristas. Este histórico terrorista es considerado uno de los más sanguinarios de ETA. De hecho, es conocido como “El Carnicero de Mondragón”. Jamás mostró arrepentimiento por sus crímenes.


    En principio, Zabarte Arregui, de 68 años, debería haber quedado libre el pasado 19 de marzo. Sin embargo, le aplicaron la “doctrina Parot”, con lo que tendría que permanecer 30 años en prisión, lo máximo que contemplaba el Código Penal de 1973. La decisión de Estrasburgo ha adelantado unos meses su puesta en libertad, prevista para el próximo mes de junio.  Ayer mismo, la Audiencia Nacional envió el exhorto al Juzgado de Instrucción número 1, de guardia esta semana, en el que se declaraban extinguidas “las responsabilidades penales” de Zabarte Arregui. El documento fue llevado a última hora al Centro Penitenciario de Jaén, que puso en marcha todos los trámites burocráticos para la liberación. A mediodía, el preso ya tenía hecho su petate, sabedor de que sería un hombre libre en cuestión de horas. “El Carnicero de Mondragón” salió de la cárcel recibido como un héroe por media docena de amigos y familiares y entre importantes medidas de seguridad. Nunca se le borró la sonrisa de la cara. Se subió en un coche y emprendió camino de regreso al País Vasco, mientras los medios de comunicación seguían toda la escena a unos cien metros de distancia. Antes, mostró una pancarta a favor de “la vuelta a casa de los presos vascos”.