El colista saca los colores a un pésimo Real Jaén

El Real Jaén necesita una profunda revisión. Ni el campo helado ni la dureza del terreno justifican la imagen tan dolorosa que el equipo dejó  en La Roda. Una final, con mayúsculas, para una plantilla que, como ha demostrado, tiene aspiraciones muy por encima de su potencial. Era una salida para vencer, porque en campos de este calado es donde se juegan las Ligas y los títulos.

09 feb 2015 / 12:13 H.

El Real Jaén no está bien trazado, ni ahora ni desde el principio de la temporada. Por ello, no extraña que el colista le saque los colores, lo sonroje en una mañana sin fútbol y lo empuje hacia el precipicio. Está averiado el equipo. Y Berges no ha ajustado esas piezas para echar a rodar la máquina. Tampoco parece que Borja Prieto sea un jugador que cambie la perspectiva en el mediocampo. Su resplandor en el debut queda solo en destellos. Hasta Sergio Molina se ha contagiado de ese carácter pusilánime del equipo. Tuvo ayer voluntad, pero solo eso. La imagen fue deprimente, sujeta a cualquier tipo de debate por parte de la afición. Es natural que el cabreo entre los seguidores sea importante. El club vendió ascenso e ilusión y, por ahora, la decepción y la tristeza borran cualquier atisbo de felicidad. El riesgo de marcar un objetivo y proclamarlo a los cuatro vientos siempre lleva consigo pagar una factura muy elevada. Y el Real Jaén, la plantilla, no está hecha para grandes retos. Probablemente está sobrepasada por la dimensión de la temporada.
Con tono diésel y con agujeros por todas las líneas, el endeble Real Jaén se encontró con un golpe terrible nada más empezar. Y no es la primera vez. La candidez defensiva propició un gol que nunca debió ser. Mal despeje de Borja Prieto, deficiente achique de espacios de la defensa e Iván Rubio, libre de marca en el área y en posición legal, solo tiene que empujar un rechace improvisado de Toni García. El colista desarboló un sistema de cobertura de papel y rompió esa línea que debe distinguir a los buenos conjuntos. Ese papel se hizo trizas de una manera increíble. Solo doce minutos y de nuevo contracorriente. Aunque la ilusión siempre hace ver más allá, alguien pensó que el guion de este encuentro partía de la misma premisa que el de Arroyo, donde la victoria llegó al final tras una heroica remontada. Pero nada que ver. La reacción se escapó con el paso de los minutos. Las milongas de la posesión y de la iniciativa del juego tienen escasa preponderancia en el fútbol si el ataque no decide ni genera situaciones. Y eso le ocurrió al Real Jaén. Amagó, pero nunca dio. Llegó con relativa facilidad, pero no disparó con claridad. De hecho, Salcedo pocas veces tuvo que emplearse a fondo. Si acaso en un lanzamiento lejano de Santi Villa. Poco más. Uno a cero al descanso y aviso final del nueve local. Dani López rozó el gol. Del Real Jaén pocas noticias. Y las pocas, malas.
Berges no tuvo más remedio que dar entrada a Montero en la segunda parte. Era la baza a jugar. Pero no fue la solución porque el delantero casi nunca jugó en ventaja con sus defensores. No le llegaron servicios y los pocos que le llegaron siempre fueron en situaciones forzadas. La Roda se sintió cada vez más cómoda en el campo y el Real Jaén, todo lo contrario. Posesión para los blancos y peligro de los rojillos. Cada contra era un sobresalto para la defensa, casi siempre por medio de Dani López, un delantero de briega, pero con apuntes interesantes. El equipo de Berges terminó en un caos organizativo en el campo. Sin criterio, presionado por el tiempo y sin una idea que hilar para buscar el empate. Todo a pulmón. Una acción distinguida de Brian fue rematada al centro de la portería de Salcedo por Santi Villa, en la mejor ocasión jiennense en la segunda parte. Pudo llegar el equilibrio en alguna acción aislada, pero siempre quedó la sensación de que el dos a cero estaba más cerca que la igualada. Se consumió el tiempo y el Real Jaén perdió donde están obligados a vencer los campeones. Un pésimo encuentro y una imagen preocupante. Seguramente es un toque de atención. El último coloreó a un rival sin intensidad, sin perfil y con poco fútbol. El Real Jaén precisa pasar su ITV particular. La cuarta derrota vuelve a abrir todos los debates.