El cine Cervantes seguirá los pasos del Alkázar con el cierre

Ignacio Frías / Jaén
Era la crónica de una muerte anunciada y se veía venir. A la desaparición del cine Alkázar, el pasado 31 de agosto, le sigue ahora la de su hermano de empresa, el cine Cervantes, prevista para finales de este mes de septiembre. Ambas defunciones dejan sin función ni salas al casco urbano de Jaén.

    04 sep 2009 / 09:25 H.

    Los espectadores que disfrutan con la pantalla grande y el sonido del envolvente dolby sound round, con el goteo continuo de deserciones en sus filas de butacas numeradas, lo veían venir. Sesión tras sesión, en su soledad, percibieron que el cine es hoy cosa de felinos, una fauna de la que sólo han quedado cuatro gatos. Al cierre del cine Alkázar, en la calle Muñoz Garnica, le sigue ahora el del Cervantes, en La Carrera. Ambos eran los últimos supervivientes de un proceso sistemático que comenzó en la segunda mitad de los años 70 y que supuso el matarile definitivo para los cines de barrio, en favor de las multisalas, no sólo de Jaén y de España, sino de la Europa del lado oeste del frío Telón de Acero que tantas películas inspiró, y que fueron la razón de ser de espías y villanos como el mismísimo Bond, James Bond, o todos los superhéroes de la saga de Marvel.
    El Alkázar y el Cervantes son los últimos de Filipinas de las salas con sabor a selecto ambigú y cáscaras de pipas. No obstante, su historia no es demasiado larga, ya que su andadura apenas supera las tres décadas. El cine Cervantes se abrió en octubre de 1979 en lo que quedaba del desaparecido teatro del mismo nombre, y el Alkázar empezó a proyectar medio año después, en marzo de 1980. Ambos ya pasaron, en diciembre de 1987, por un trance similar de cierre a consecuencia de una crisis de la que se recuperaron pronto. El Cervantes reabrió en marzo de 1988 y el Alkázar en torno a 1992. Antes, otros cines emblemáticos habían echado el cerrojo, como el Rosales, el Darymelia, el Asuán o los multicines Avenida. El casco urbano de Jaén ahora se queda ahora sin cines. Las únicas salas que permanecen abiertas están en el extrarradio, en el Centro Comercial La Loma y para acceder a ellas se requiere de un medio de transporte. Esa circunstancia puede privar del disfrute del séptimo arte a algunos adeptos, dado que los domingos no hay transporte público y por la noche, en las sesiones golfas, todos los gatos, cuatro, son pardos.

    Películas de éxito, pero escaso público
    Tanto el cine Alkázar como el Cervantes han exhibido en sus pantallas las películas más notables de la cartelera de ese momento. Unas veces han llenado y, otras, su patio de butacas y gallineros han hecho aguas. Las últimas películas que se proyectaron en las dos salas del Alkázar, el pasado 31 de agosto, fueron G. I Joe y Up, está última, de dibujos animados ha tenido un éxito de taquilla en los diferentes países donde se ha proyectado. Las dos películas que inauguraron esas salas, en marzo de 1980, fueron Flash Gordon y la calificada “S”, de género erótico por entonces muy frecuente en los cines españoles, Tortilla a la italiana. El cine Cervantes se inauguró con una película de éxito, made in Hollywood, Kramer contra Kramer. Por esta sala han pasado éxitos mundiales de taquilla y películas emblemáticas como Titanic, El Señor de los Anillos, Batman: El caballero oscuro, o títulos como Terminator 2, o la reciente ¿Hacemos una porno?, por citar algunas.