El baezano Miguel Ángel Tornero expone sus 'collages' en Córdoba

Diana Sánchez /Jaén
Con el proceso de creación como pilar de su obra, el baezano Miguel Ángel Tornero expone una nueva colección Camino a cortijo Maravillas. Se trata de una recopilación de pequeños 'collages' de paisajes rurales y nocturnos que se muestran en la sala Iniciarte de Córdoba hasta el próximo 23 de diciembre.

    18 nov 2011 / 11:04 H.


    Como un viaje en tren, tranquilo, en el que el pasajero se permite el lujo de degustar el paisaje y no se preocupa del destino, Miguel Ángel Tornero recrea esa sensación del no querer llegar, de tan solo disfrutar durante el camino. Para ello nada mejor que acudir a su experiencia. A su medio de vida. A su manera de crear, independientemente de las metas que se marque. En este sentido, a partir de fotografías recortadas artesanalmente y superpuestas para conformar atmósferas reales pero imaginadas, el creador se quita el traje de chaqueta del artista de sala para ponerse el mono de trabajo e invitar al espectador a una dependencia tan íntima como importante: el estudio. “En esta muestra se ven trabajos más salvajes, más amateur, en los que hay una desprofesionalización del autor y en los que la obra es única. Se ve el proceso de manipulación sobre el papel fotográfico, que es una obra en sí, también”, explica Tornero, quien defiende la vuelta a sus comienzos y su posición entre el arte oficial y el que acerca a la gente —sin formación artística— al arte en su vida cotidiana. “Me  interesa ese espectro abierto a la fotografía, como los blogs”, manifiesta el baezano.
    En ese viaje, centrado en la flora de los arcenes que decoran carreteras secundarias como podrían ser las de su municipio natal —entre las que se pueden ver cardos borriqueros, pitas u otras especies botánicas salvajes—, el baezano conforma su obra alumbrada por la luz lunar bajo el título de Camino a Cortijo Maravillas. “Son pequeñas obras que tenía en mi archivo pero que las volví a retomar. Vi que las podía relacionar entre sí, que podían conectar como un cuerpo expositivo. A partir de esa obra de pequeño formato amplié esta exposición que muestro en Córdoba hasta el próximo 23 de diciembre”, añade.
    Un trayecto sin destino que permite experimentar al baezano a partir de sus propias creaciones con la mirada puesta siempre en su alrededor y reinventar, de esta manera, la realidad a partir de múltiples sensaciones.