El autor del atropello mortal iba sin ITV y con el seguro caducado

Rafael L. R., el autor del atropello que costó la vida al maestro José Luis Castellano el pasado lunes, circulaba sin la correspondiente Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y con el seguro obligatorio caducado, según confirman varias fuentes cercanas a la investigación.

18 dic 2014 / 09:36 H.

Son dos irregularidades de carácter administrativo que no afectan en nada al proceso penal abierto contra este vecino de la capital, en prisión preventiva por estos hechos. Sin embargo, podrían explicar, en parte, por qué se marchó del lugar sin socorrer a la víctima, que yacía sobre el paso de peatones de la calle Juan Montilla en la que fue embestido.

Las fuentes consultadas explican que el Mitsubishi Carisma que conducía Rafael L. R. y en el que también viajaban otros dos jóvenes de la capital tenía cumplida la ITV desde el pasado mes de octubre. El seguro obligatorio, por su parte, expiró hace ahora veinte días. No se había hecho frente, en tiempo y forma, al pago de la correspondiente póliza, por lo que el coche no estaba asegurado a efectos legales.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana del lunes. Rafael L. R. y sus dos amigos volvían de pasar una noche de marcha. Al llegar a la calle Juan Montilla, junto al centro de salud de San Felipe, el coche en el que circulaban embistió de forma muy violenta al maestro José Luis Castellano, de 49 años, y que cruzaba el paso de peatones para ir a trabajar a su centro de trabajo, el Colegio Santo Tomás. Testigos presenciales afirman que el vehículo llegó al lugar “a gran velocidad” y haciendo derrapes y que, además, se saltó en rojo el semáforo que regula esa zona.

El conductor no se detuvo, pese al brutal impacto. Unos 200 metros más adelante, uno de los acompañantes tiró del freno de mano del automóvil, lo que hizo que el coche girara y se parara en seco. Los dos ocupantes se bajaron y huyeron a la carrera para tomar un taxi. Rafael L. R. reemprendió la marcha en dirección a su domicilio, ubicado en la urbanización Bellavista —apenas un kilómetro más adelante—. Allí, encerró el coche en el garaje, una acción que, según la Policía, pretendía dificultar la investigación.

Colaboración ciudadana. No obstante, hubo un testigo clave que aportó datos fundamentales para identificar al conductor. En cuestión de horas, la Policía ya sabía quién era el autor del atropello. Pasada la una de la tarde y cuando ya pesaba sobre él una orden de busca y captura, Rafael L. R. se entregó en la Comisaría. Los dos ocupantes fueron detenidos esa misma tarde del lunes, pero quedaron en libertad con cargos.

El conductor relató a la juez que no vio a José Luis Castellano porque llovía y tenía empañados los cristales de su vehículo y que, por eso, ni tan siquiera frenó. Negó circular a gran velocidad, derrapar o saltarse el semáforo. Y añadió que se marchó del lugar porque estaba atemorizado por lo ocurrido. La magistrada decidió enviarlo a prisión preventiva, donde ha cumplido su segunda noche.

Su defensa anuncia que ya prepara el recurso para pedir su puesta en libertad. Será presentado la próxima semana ante el Juzgado de Instrucción y, si no prospera, se reiterará ante la Audiencia. Estará fundamentado en un argumento principal: en que Rafael L. R. no conducía de forma temeraria.