El asesino de Oslo admite ahora que tuvo el apoyo de 'dos células'

REDACCIÓN / Oslo
Nueva versión sobre la masacre de Noruega. El presunto autor de los atentados del pasado 22 de julio, Anders Behring Breivik, confesó ayer ante el juez haber puesto el coche-bomba en el centro de Oslo y ser autor del tiroteo en la isla de Utoya, aunque aclaró en esta ocasión que no actuó solo y afirmó que tuvo el apoyo de “dos células organizadas”. A pesar de su confesión, se negó a declarase culpable.

    26 jul 2011 / 09:53 H.

    El  juez informó de que Breivik en su comparecencia justificó la matanza por la necesidad de “salvar a Europa del Islam”. En su declaración, según el magistrado, el presunto asesino afirmó que su objetivo era enviar una “fuerte señal al pueblo” e impedir “futuros reclutamientos” para el gubernamental Partido Laborista, al que acusó de haber “traicionado al país” y de haber “importado musulmanes de forma masiva”.
    De hecho, según el diario noruego Aftenposten, el detenido declaró ante la Policía que su intención era matar al exprimer ministro Gro Harlem Brundtland, que dio un discurso en la isla.
    El juez, tras escuchar su versión de los hechos, ordenó la detención de Breivik por un periodo de ocho semanas en régimen de aislamiento total, sin acceso a noticias, a correspondencia ni a visitas. La sesión se celebró a puerta cerrada por motivos de seguridad y para impedir que el encausado aprovechara la vista para hacer un discurso de propaganda política.
    Mientras, la Policía sigue con las investigaciones, ayer se conoció que adquirió fertilizante químico a una empresa de Wroclaw (suroeste de Polonia), pero la relación con el responsable de esta firma fue “meramente comercial”, según informó la Agencia polaca de Seguridad. No obstante, una portavoz de la fiscalía de Wroclaw, Malgorzata Klaus, precisó a Reuters que se había abierto una investigación, “a petición de la Policía”, sobre los posibles vínculos entre el almacén y los atentados, pero afirmó que no hay detenidos ni encausados.
    Por la compra de estos productos en Polonia Breivik había estado en una lista de vigilancia de los servicios secretos noruegos desde marzo, sin embargo, el servicio de inteligencia de Noruega no actuó en su momento dado que las informaciones sobre Breivik no fueron consideradas “relevantes”, según publicó ayer el periódico noruego VG. Respecto al número de víctimas mortales en la isla de Utoya, la Policía noruega lo rebajó ayer de 86 a 68, mientras que elevó de siete a ocho el número de muertos en el atentado con bomba registrado frente a las oficinas del Gobierno en Oslo, con lo que se reduce de 93 a 76 el balance definitivo de fallecidos.
    Cabe destacar que entre los muertos en Utoya se encuentra el hermanastro de la princesa Mette-Marit. Se trata del policía Tron Berntsen, de 51 años, que falleció al tratar de proteger a su hijo de diez años, según publicó ayer El Mundo. El padre de Berntsen estuvo casado con la madre de la princesa, Marit Tjessem.
    Protesta con rosas. Por otra parte, ayer se desveló que Breivik usó un tipo de munición especial, prohibida en las guerras, para causar la mayor matanza posible en su ataque al campamento juvenil, según un médico que ha atendido a las víctimas. En una entrevista en la edición digital del rotativo VG, el cirujano jefe del hospital Ringerike, Colin Poole, que ha tratado a 16 heridos en el tiroteo de la isla de Utoya, asegura que el agresor empleó las denominadas balas expansivas o dum-dum, que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto. “Esas balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles”, explicó Poole. “Los fragmentos son tan pequeños. Nunca había visto algo así”, explicó Poole, a pesar de sus 26 años de experiencia. Para mostrar su repulsa por la matanza, unas 150.000 personas se congregaron ayer en Oslo, muchas de ellas con rosas blancas o rojas. “Esta noche, las calles se han llenado de amor”, dijo ea la multitud en la capital noruega, donde se registró la mayor movilización, aunque no fue la única.