'Dios existe. Yo me lo encontré'

Plácido Cabrera Ibáñez, desde Jaén.- 'Dios existe. Yo me lo encontré', este es el título del libro escrito por el francés André Frossard, que mereció el Gran Premio de la literatura Católica en Francia en 1969, y que se convertiría en un best-seller mundial.

    17 nov 2011 / 10:28 H.

    Hace unos días Antonio Gala, titulaba un artículo con el nombre “Dios no existe”. Este es un asunto que parece inquietarle porque con cierta frecuencia escribe sobre Él. Me parece un poco atrevido escribir esto, porque es tanto como decir, que se han equivocado muchos millones de personas que a lo largo de estos dos mil años han dedicado y donado su vida a Dios, y en servicio de los demás, especialmente por los más desfavorecidos. Sin embargo, no deseo entablar polémica, me parece que sus argumentos son poco convincentes y tienen poco fundamento teológico o sobrenatural. Por este motivo, le respondo con las palabras de quien fuera el hijo de un diputado y ministro durante la III República y primer secretario general del Partido Comunista Francés, que a los veinte años, de un modo sorprendente, encontró la Fe “Éramos ateos perfectos, de esos que ni se preguntan por su ateísmo. Pues el ateísmo perfecto no era ya el que negaba la existencia de Dios, sino aquel que ni siquiera se planteaba el problema.  Mis padres habían decidido, de común acuerdo, que esperara hasta los 20 años. “¿A los veinte años quiere creer? Que crea”. De hecho es una edad impaciente y tumultuosa en la que los que han sido educados en la fe acaban corrientemente por perderla antes de volverla a encontrar, treinta o cuarenta años más tarde. Se creyó oportuno, suponiéndome hechizado, hacerme examinar por un médico amigo, ateo y buen socialista. Después de conversar conmigo sosegadamente y de interrogarme indirectamente, pudo comunicar a mi padre sus conclusiones: era la “gracia”, dijo, un efecto de la “gracia” y nada más. Sé la verdad sobre la más disputada de las causas y el más antiguo de los procesos: Dios existe. Yo me lo encontré —diría que por casualidad si el azar cupiese en esta especie de aventura—.”