Dioni Rodríguez Cárdenas: 'El barro me gusta porque permite crear cosas nuevas'
Es una mujer que supo convertir su afición en una oportunidad de negocio. En su caso, estaba apuntada a las clases de cerámica que se imparten en la Universidad PopularMunicipal y, aunque había estudiado administrativo, decidió cambiar su trayectoria. En el año 2001 abrió, en la calle Fuente de la Plata, el taller de cerámica Rakú.

La experiencia de Dioni Rodríguez Cárdenas demuestra que los sueños se pueden hacer realidad.
—¿Qué significa Rakú?
—Es una técnica de cerámica, en concreto, una forma de cocción de los objetos. Con ella, se hacen, por ejemplo, los piezas empleadas para la ceremonia del té.
—¿Cuáles son los rasgos que distinguen a su taller de cerámica?
—Todo lo que se vende es artesanal. Al principio, comencé con una socia.Hicimos el plan de empresa en el Instituto Andaluz de laMujer. Allí recibimos asesoramiento. Respecto a los productos que ofrezco, puedo decir que son personalizados y me dejo guiar por las peticiones del cliente, como el color. También algunos objetos llevan nombres. Vendo un poco de todo, como pendientes, vasos, abalorios y, también, placas conmemorativas para ayuntamientos, asociaciones, empresas, etcétera. De hecho, estas últimas suponen el 50% del volumen de negocio. Por otro lado, he dado muchas clases y talleres en los museos. Ahora, la crisis ha hecho que no haya presupuesto para este tipo de iniciativas y es la tienda la que tira del carro. Lo cierto es que la coyuntura económica se nota bastante.
—¿Por qué decidió estudiar cerámica?
—Yo había estudiado Administrativo y había trabajado un poco en esto. Por otro lado, estaba apuntada a los talleres de la Universidad Popular Municipal. Me di cuenta de que me gustaba mucho y decidímeterme de lleno.Me matriculé en la Escuela de Artes y Oficios y estudié la especialidad de cerámica. En ese momento, ya tenía claro que quería hacer de mi afición mi profesión, proponer algo distinto. Cuando empecé a estudiar, ya tenía a mi hija y fueron cinco años de estar a tope.
—¿Cómo se lleva lo de ser su propia jefa?
—Estoy muy satisfecha. Al principio, arriesgas y tienes mucho miedo.Obviamente, es algo inestable, ya que no tienes un sueldo fijo a final de mes. Después, cuando ves que llegan clientes que invierten dinero en tu trabajo es fantástico. Tener tu propio negocio está muy bien. No hay nadie que te mande, pero, por otro lado, hay que estar pendiente las 24 horas del día. En mi caso, soy fabricante, diseñadora, vendedora, etcétera. También llevo la parte económica, pero no me cuesta tanto por mis estudios anteriores. Lo que se me da peor es todo lo relacionado con las nuevas tecnologías. Es algo que me cuesta mucho, pero sé que es importante.
—¿Qué supone trabajar con el barro?
—Me gusta crear cosas nuevas. Es impresionante lo que puede salir. Consiste en hacer algo que no existía. Yo hago un poco de todo. Se podría decir que no tengo un estilo específicamentemío. Soy una persona muy versátil, aunque hay cosas que se nota que son mías.
—¿Considera algo imprescindible para montar un negocio?
—Hay que conocer bien el sector. No se puede montar algo sin conocerlo.