Denuncia contra Michael Jacobs por su libro dedicado a Frailes
La edición española del libro del inglés Michael Jacobs “The factory of light” (La fábrica de la luz) abre la caja de los truenos en Frailes. El hijo de una de una mujer que aparece en la obra exige, a través de un acto de conciliación, una rectificación para limpiar el honor de su ya difunta progenitora.

“La fábrica de la luz”, desde que se editó hace unas semanas, no deja indiferente a nadie en Frailes y otros municipios de la Sierra Sur. Algunos de los vecinos que protagonizan la obra o sus allegados se sienten heridos por las afirmaciones y el tratamiento. Sin embargo, sólo una persona, el frailero afincado en Granada Camilo Mudarra, es el único que, por ahora, ha llevado el asunto hasta los tribunales.
El motivo, según explica, son las impresiones vertidas en el epílogo del libro sobre su madre, Expectación Díaz —que figura con el nombre de Esperta—. Está dolido porque la mujer, ya fallecida, es tildada de “personaje esotérico”, “provocadora colectiva”, “loca” y de poseer “ojos de bruja”. Mudarra ha presentado en el Juzgado de Paz de Frailes un acto de conciliación en el que exige la rectificación de “lo vertido de manera inmediata, resarciendo el derecho al honor y a la intimidad, pisoteados sin vergüenza” y que se dé a conocer públicamente. Además, el denunciante reclamará una indemnización económica conforme a lo que fija la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
La acción se dirige tanto a Jacobs como a un conocida frailera. Se trata de una mujer que es la hija de una vecina de Expectación Díaz. Camilo Mudarra la acusa de utilizar la confianza que existía entre ambas para presentarle e introducir en su casa, en septiembre del año 2001, al literato inglés que, añade, convirtió en pública una conversación privada a través de “La fábrica de la luz”. El escrito en el que se solicita el acto de conciliación señala que abusó de su condición de vecina “para hacerle una entrevista, solapada vilmente, con la excusa de la presentación del escritor inglés”. Mudarra dice sentirse “indignado” entre otros aspectos porque en el texto su progenitora es perfectamente identificable, dado que ni se emplea una nombre ficticio para ella ni para el pueblo. Asimismo le molesta el “mordaz e injurioso” lenguaje, con afirmaciones como que su progenitora parecía sufrir alzhéimer o referencias al interior de la casa y a las palabras de la mujer sobre el Santo Custodio. A juicio del denunciante, su madre fue “vilipendiada” sin que, pese a los años transcurridos, nadie le advirtiera de lo publicado. Su madre, que tenía una edad muy avanzada en el momento de la entrevista, murió poco tiempo después de la aparición del original, “The factory of life”. Como medida para reparar parte del daño, Mudarra aboga por la retirada del apartado sobre su familiar. Juan Rafael Hinojosa /Jaén