De nombre Púnica
Que no “guerras púnicas” ¿o sí? Hasta donde abarca Wikipedia, la palabra púnica se refiere a un género con ocho especies descritas de plantas con flores pertenecientes a la familia “Lhyhrhceae”.
A la vista está que esta referencia no pega ni con cola con la operación de ese nombre que se ha convertido en noticia principal en este país. Eso nos lleva a ver la otra definición en la que púnica se refiere a una serie de tres guerras que enfrentaron a Roma y a Cartago. Claro está que esto sucedió entre los años 146 a 264 a. C., y duraron nada menos que 118 años. Esto tampoco va a ser porque guerra, lo que se llama guerra, no parece que sea. Que sepamos, no existe declaración como tal. Sí es evidente el descontento de la población, la decepción de todos militantes y no militantes de esos órganos de poder férreo que son el alma de los partidos políticos sin excepción, porque hoy por hoy son estructuras técnicamente iguales. ¿Para cuándo en este país una Ley de Partidos Políticos? Una Ley no soluciona todo, pero en democracia regula, controla y castiga el hacer de los órganos de poder, en los que no olvidemos que descansa nuestra Monarquía Parlamentaria y evita que “ese tipo de personas” hagan “ese tipo de desmanes” a los que estamos asistiendo. El “tú más” no vale. Desgraciadamente nos está invadiendo la certeza de que miremos hacia donde miremos, la sombra de la corrupción empaña a esta España en la que habitamos más gente decente que ladrones de guante blanco. Entre tanto ya ha salido una norma eficaz para evitar que la gente rebusque en los contenedores de basura, aunque sea para alimentarse o vender para así mitigar el hambre. La sanción seguro que no es alta y no le afectará a “ese personal del que hablo”, y bien mirado, ese Ayuntamiento al que no llamo por su nombre, está velando por la salud del personal. La cuestión es que la atmósfera se está volviendo irrespirable y que necesitamos algo más que palabras y manifestaciones de arrepentimiento. Ya no nos vale que pidan perdón y se vayan en paz.