'De gloria olivae'

Anduvo por estos caminos de dios, mochila al hombro, un viajero de antaño que con graciable inclinación elaboró un conmonitorio con datos relativos a nuestras tierras giennenses. El susodicho, escritor de profesión y andarín, mostróse interesado por expresiones de singular tipicidad que han ido enriqueciendo desde el inicio de los tiempos nuestro más profundo folclore.

    16 nov 2012 / 19:04 H.

    Esta literatura de arraigo popular, Cela nos la regalaba trastrocada en joya —primer viaje andaluz— en el que retrataba con magistral dominio de nuestro idioma al Jaén de entonces. Bautizó tales expresiones, que otorgan identidad a cualquiera de nuestros pueblos, con un sonoro nombre, tanto, como desposeído de artificio: Dictadología tópica, o lo que es lo mismo, la disciplina que se encarga de recoger y estudiar las áureas manifestaciones folclóricas evitando así su perenne destierro de la atávica tradición oral. De la mano de nuestro Nobel, anduve estos literarios caminos con el ánimo imperioso de secundarle en semejante empresa y me distinguió como único discípulo. Este año, habiéndose cumplido una década desde su fallecimiento, debo reivindicar como reconocimiento merecido a la ingente labor de mi maestro, que nuestra RAE estudie la posibilidad de incluir en su diccionario palabras como “dictadología”, “seudogentilicio” y “seudotopónimo”, y así, expresiones tan nuestras como “En el reino santo, se entra con pena y se sale llorando” tengan, oficialmente, un sólido soporte academicista.
    Escritor
    Gaspar Sánchez