Cuatro años de un crimen sin resolver
Hoy se cumplen cuatro años de un crimen atroz, de un asesinato que cambió para siempre la vida de toda una familia de la capital. El 11 de marzo de 2011, se halló el cuerpo sin vida de Antonio Estepa Quesada en un parterre del Hospital Médico-Quirúrgico.

Tenía la cabeza destrozada por una piedra, que fue encontrada junto al cadáver. Cuatro años después de esa brutal muerte y tras un juicio en el que el único acusado fue absuelto, familiares de la víctima volvieron al lugar de los hechos para honrar la memoria de Antonio Estepa y pedir que se siga investigando: “Lo que está claro es que hay un asesino suelto”, asegura Angelines, hermana del fallecido, que no pierde la esperanza de que, algún día, este asesinato, por fin, se resuelva: “Por nosotros no va a quedar. Solo queda que a la Policía no se le olvide”, ruega.
El conocido como “crimen del Hospital” conmocionó a toda la sociedad jiennense por la violencia empleada por el asesino. El cuerpo sin vida de Antonio Estepa fue hallado por Mohamed N., un indigente marroquí que solía merodear por el recinto sanitario. Fue él quien dio el aviso a los vigilantes del Hospital de que había encontrado el cadáver en unos jardines. Siempre mantuvo que él solo aviso del macabro hallazgo. No obstante, fue arrestado porque, en un primer momento, incurrió en varias contradicciones. Además, a la víctima le dieron un pisotón o una patada en la espalda que dejó un hematoma con forma de huella de zapato. Los investigadores determinaron que ese cardenal fue producido por una bota muy similar a la que llevaba Mohamed N. en la noche del 11 de marzo, cuando se cometió el crimen.
Esos indicios sirvieron —a pesar del criterio contrario de la Fiscalía— para sentar en el banquillo a este inmigrante marroquí. Incluso, llegó a estar tres meses en prisión preventiva. Sin embargo, un jurado popular lo absolvió con todos los pronunciamientos favorables al considerar que no había pruebas de cargo concluyentes contra él. Fue en junio del año 2012, una sentencia contra la que no se presentó recurso alguno: “Alguien mató a mi hermano. Si no fue la persona que se sentó en el banquillo, fue otra. Se tiene que seguir buscando a quien lo hizo”, insiste, una y otra vez, Angelines Estepa. En este sentido, la hermana del fallecido exigió que no se guarde el caso en el cajón de los olvidos. “Nosotros estamos convencidos de que una sola persona no pudo matar a mi hermano, que hubo más implicados”, añade.
Para honrar la memoria de Antonio Estepa y conseguir que la Policía siga investigando, un grupo de familiares y amigos del jiennense fallecido se concentró ayer por la tarde en el mismo lugar donde fue asesinado. Estaba su madre Rita —su padre Manuel murió hace un año— varios de sus seis hermanos, sus dos hijos, Sergio y Rebeca, y algunos sobrinos. En sus rostros se reflejaba el sufrimiento por la impotencia de no poder contestar a una pregunta que les atormenta a diario: ¿Quién mató a Antonio Estepa?.
Para la Policía es un caso que está cerrado
La investigación que desarrolló la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Jaén determinó que el autor de los hechos fue Mohamed N., el indigente marroquí que halló el cadáver. Sin embargo, basó la detención de este hombre en indicios y no en pruebas materiales. No hubo testigos directos del crimen ni tampoco se hallaron restos de ADN que lo vincularan con el crimen. Por ello, fue absuelto. Los investigadores han repasado el expediente una y otra vez y siempre llegan a la misma conclusión. Han sondeado otras líneas de trabajo que han terminado en callejones sin salida. Por ello, para la Policía, el crimen del Hospital es un caso cerrado.
Tras ser absuelto, Mohamed N. fue detenido en varias ocasiones por amenazas y por daños. Intentó prender fuego a un almacén en el polígono. Al juez que le tomó declaración, llegó a decirle que iba a cortarle la cabeza. Fue ingresado en un psiquiátrico y, tras quedar en libertad, deportado a Marruecos.