Coreografía de cuerdas vocales para la dulzura de un piano

La joven Marta Illescas atrapó con la delicia de su voz al público que asistió al Paraninfo del Conservatorio. Acompañada por el virtuosismo de la pianista Ana Ureña, el dúo ofreció un concierto en el que no faltó la influencia alemana de la soprano y su pasión por el contemporáneo. 

    30 abr 2010 / 10:29 H.

    Con un agradable repertorio dividido en cuatro bloques (canción francesa, ópera, contemporánea y canción española y zarzuela) la soprano linarense Marta Illescas y la pianista Ana Ureña regalaron un delicado concierto en la casa de la música, en el Paraninfo del Conservatorio jiennense. A pesar de que Mozart, su autor “fetiche”, no estuvo en su voz durante el recital de anoche, sí que se notó la influencia de la experiencia vivida en los últimos seis meses en Alemania. Y es que el mismo director de orquesta germano Ulrich Wogel se rindió a la agilidad de sus cuerdas vocales cuando la escuchó. Un acierto del destino que le ofreció un pasaporte para la cuna de la música clásica donde aprendió una nueva dimensión de este arte. “La experiencia en Alemania fue fantástica, aunque al principio fue dura por el choque cultural. Pero, al final, acabé muy contenta”, recuerda Illescas, quien apunta que le vino genial conocer el idioma “de la calle”, así como el carácter de la gente para la interpretación de las canciones.

    Y es que la naturaleza quiso dotarla de una voz aguda y con muchas agilidades para convertirla, cual encanto de hada de cuento, en una soprano ligera de coloratura. En el programa de ayer, Illescas puso un especial cariño a las piezas de George Crumb, un compositor contemporáneo que la sedujo para incluirlo en su proyecto de fin de carrera, que presentará el próximo mes de junio. “Es una música desconocida que se fecha a partir de 1945. En mi estudio me centro en el italiano Lucciano Berio, en su Secuencia tercera, pero también interpretaré a autores como el mismo Crumb o Holliger”, dice. Un trabajo nada fácil ya que son piezas que no están grabadas y, en el caso de Berio, utiliza la voz de una forma diferente, es decir, pide gritar, llorar, jadear. Es muy diferente y complicada”, indica. Diana Sánchez /Jaén