Conmoción social por una muerte inexplicable y cruel
Los jiennenses se encuentran conmocionados por el brutal homicidio de una joven de 22 años a manos de un conocido delincuente habitual de la Policía. El agresor también falleció, porque se precipitó al vacío desde un cuarto piso cuando fue sorprendido por los agentes policiales e intentó escapar por la ventana que daba a la calle Sagrada Familia.
Todas las hipótesis de la investigación están aún abiertas, porque llama la atención que la puerta no estuviera forzada, lo cual no quiere decir la joven lo conociera, sino que de alguna forma pudo hacerse con las llaves, dado su amplio historial delictivo. Pero aún todo son hipótesis. Lo único cierto es que una familia se ha destrozado sin culpa alguna con un crimen aún inexplicable y que ahora necesitarán todo el apoyo posible para superar el trauma.
En el otro lado, un hombre con un amplio historial delictivo por asuntos de robo, que por motivos aún si esclarecer, se coló en la vivienda de la víctima y acabó con su vida a puñaladas, una muerte cruel que ha llegado a conmover incluso a policías forjados en mil y una batallas. La dureza de lo que ocurrió en ese piso de la calle Sagrada Familia era demasiado para lo que están acostumbrados a encontrarse en su día a día. Durante la mañana de ayer, cada detalle que poco a poco se conocía del caso era más bárbaro. En otros casos se reclama que la justicia caiga sobre el agresor con todo su peso, pero con el accidente que le causó la muerte se cierra la vía judicial.
En una provincia tranquila, en la que los índices de delincuencia se encuentran siempre a la cola de los informes que se presentan de forma periódica, sucesos de esta índole causan un especial impacto en la sociedad y llaman a la reflexión. Cabe preguntarse, quizá, hasta qué punto no habrá un exceso de confianza por parte de los ciudadanos que propicie que los criminales se aprovechen a sus anchas.