Condenados por exigir con palizas el pago de varias deudas
Cinco años y diez meses de prisión. Ese es el castigo impuesto a seis personas que ayer admitieron ante la Justicia que dieron una paliza a un hombre para exigirle el pago de una determinada cantidad de dinero e intentaron extorsionar a un hombre para cobrarle una deuda. Ninguno de los condenados ingresará en la cárcel.
Los acusados reconocieron ante la juez del Penal número 2 los hechos por los que la Guardia Civil los detuvo en octubre del año 2005. Su “confesión” sirvió para que la Fiscalía redujera de forma ostensible su petición inicial de penas, que era de 19 años de prisión para los seis encartados. Finalmente, se quedó en cinco años y diez meses. Los dos que salieron peor parados fueron Francisco J. L. P. y Antonio R. L. M., castigados con veinte meses de prisión cada uno. Ambos eran los responsables de una empresa dedicada a la organización de espectáculos y eventos de ocio nocturno. En junio de 2005, exigieron al contable de esa sociedad el pago de 15.000 euros correspondientes a una deuda.
En concreto, Antonio R. L. M. y otro de los acusados, Juan M. A. T., lo amedrentaron y llegaron a darle puñetazos en la cara y en el pecho. El fiscal relata que los hechos volvieron a repetirse en septiembre de ese mismo año, cuando le exigieron 24.000 euros. El día 16, lo abordaron en la calle Martínez Molina. Uno de ellos le dio un golpe y el trabajador perdió el conocimiento. Cuando recuperó el sentido, estaba dentro de un coche. Antonio R. L. M. y Francisco J. L. P. le exigieron el dinero, al tiempo que lo golpearon. Un familiar de la víctima tuvo que pedir un crédito de 12.000 euros y entregó 11.600 a los dos responsables de la empresa, un dinero que ambos tendrán que devolver en el plazo de un año. Por estos hechos, Antonio R. L. M. y Francisco J. L. P. han sido castigados a quince meses de prisión, que sustituirán por el pago de una multa. De esta manera, eludirán entrar en la cárcel. No podrán acercarse a la víctima durante cuatro años.
Ya en el mes de septiembre, otro miembro del grupo, prestó 2.000 euros a un vecino de Jamilena, que tendría que devolverle 2.800 euros al terminar el plazo de vencimiento. Sin embargo, no pudo hacerlo. Así que el prestamista se puso en contacto con Antonio R. L. M. para que “por medios intimidatorios” cobrara la deuda. Así, el moroso recibió varias “visitas” amenazantes de miembros de la organización en las que, incluso, llegaron a agredirle. Estos hechos han sido considerados por la Justicia como un delito de extorsión en grado de tentativa y castigados con siete meses de prisión, que se podrán sustituir por trabajos en beneficio de la comunidad. La sentencia ya es firme. Rafael Abolafia / Jaén